“Yucatanizar México para que Yucatán no reciba tanta migración”

* Francisco José Parra Lara.

Como es un hecho notorio en Yucatán, a las personas que no son oriundas del estado se les suele llamar “foráneos, fuereños o huaches”; y aunque ya no pasa con la misma intensidad que antes, tales vocablos son proclives a ser pronunciados proyectando un recelo hacia la población preponderante de migrantes internos, es decir, de personas que llegan a Yucatán provenientes de otras partes del país. 

La que ahora es más intensa es la vinculación de los problemas que suelen tener las urbes o metrópolis de cientos de miles de habitantes, como Mérida, con el incremento poblacional: el aumento notable del tráfico vehicular en varias zonas y horarios, la demanda y por ende el costo de la vivienda, etc. Sí, seguro al amable lector ya le pasó: alegar, casi siempre agriamente, que el aumento de la población se debe a que hay demasiados “huaches”.      

Siguiendo la misma tónica, ¿usted ha escuchado o bien expresado de viva voz que el aumento en la migración interna hacia nuestra entidad se debe a la (excesiva) publicidad que los gobernantes han hecho de la seguridad y calidad de vida que aquí se tiene? Puedo apostar que sí. Ahora, veamos cómo está el tema de la migración interna. De acuerdo al último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), correspondiente al año 2020, este dato arroja: Entre 2015 y 2020, llegaron a vivir 100,209 personas a Yucatán, procedentes del resto de las entidades del país.” Cantidad nada menor si se toma en cuenta que la población total en el estado, en ese mismo lapso, se contabilizó en 2,320,898. Entre ambas cantidades tenemos que, hasta hace cuatro años, la proporción entre los que inmigraban y los que se iban de Yucatán (emigrantes) era 3 a 1 en favor de los inmigrantes como lo revela el siguiente dato: “Entre 2015 y 2020, salieron de Yucatán 33,474 personas para radicar en otra entidad”. 

Pasemos a checar los factores o causas de la migración hacia Yucatán. El mismo censo del INEGI reporta que las 3 principales razones de la migración (ojo: la gráfica no distingue entre inmigrantes y emigrantes), serían: 1.-Reunirse con la familia, 34%. 2.-Cambio u oferta de trabajo, 12.9%, mismo porcentaje que el número 3, que versa sobre la inseguridad delictiva o violencia. Tomando como referencia las dos últimas causales, regresemos a la queja común de los que habitan “la tierra del venado y del faisán”, independientemente si se es oriundo de aquí o se es un inmigrante avecindado, es decir, un “yucahuach”: cada día hay más gente y tráfico vehicular, en Mérida y su zona conurbada, por “culpa de los gobernantes locales que andan presumiendo la seguridad y la calidad de vida de aquí”. Esta correlación es, al menos, parcialmente injusta. 

En primer lugar, hay que recordar que la autoridad pública que más énfasis ha dado a dichos atributos “seduce migrantes”, considerando el factor de su mayor poder de convocatoria, no es el gobernador Mauricio Vila ni quien fuera el alcalde meridano, Renán Barrera, sino el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, como se evidencia en esta frase proferida en la Base Aérea Militar No. 8: “Este es un estado ejemplar, modelo en cuanto a la seguridad. Es el estado de la República con menos delitos, el más seguro del país”. Mejor publicista nacional para fomentar la migración hacia Yucatán no se pudo conseguir, más aún por cuanto aquel, el líder moral de Morena, alabó públicamente a un estado gobernado, no por su partido, sino por el más antagonista de este, el PAN. 

Sin abundar en la gran tragedia que representa la inseguridad para mucha gente en México, tenemos que para los que habitamos Yucatán el enterarnos que desde el centro del país se habla de cómo disminuir el flujo migratorio hacia este estado, debe movernos a reflexionar que la causa o motivo principal de tanto migrante interno no es, en sí, la publicidad acerca de las bondades yucatecas, sino el tamaño de la necesidad de quienes dejan todo (familia, trabajo, casa, etc.) para a travesar cientos de kilómetros para avecindarse aquí. Prueba de ello vemos los meridanos y demás yucatecos, día con día, cuando nos topamos con una infinidad de vehículos automotores con placas de circulación “foráneas”, como las de la Ciudad de México, Estado de México, Veracruz, Puebla, Tabasco, Morelos, etc., además de las habituales por la región, Campeche y Quintana Roo, sin dejar de lado el más que coincidente origen de dicha matriculación, el de lugares afines al movimiento político que encabeza el López Obrador. Migrantes que se han vuelto los nuevos propietarios o inquilinos que están predominando en varias zonas habitacionales y comerciales, en Mérida como en Kanasín, la segunda ciudad más poblada del estado, por citar los más recurridos ejemplos.   

Estando en plena época legal de campañas electorales, ¿se puede referir en el discurso político la contención, lícita, de la migración hacia Yucatán? La respuesta no sería para nada sencilla si se expanden todas las aristas de fenómeno; no obstante, para conservar el gobierno del estado como las alcaldías de Mérida y Kanasín, el PAN, como su aliado PRI, tienen que recordarle a la ciudadanía que, bajo su gobierno, se han mantenido los niveles de seguridad como los presume el presidente de la República, por lo que sería sumamente riesgoso votar por otra opción, máxime si los lugares de donde proviene la inmensa mayoría de los migrantes internos, huyendo de la violencia e inseguridad, son gobernados, precisamente, por la oposición a dichos gobiernos yucatecos. 

Sin demeritar, al menos en demasía, lo que el partido Morena pudiera hacer para contener el arriba masivo de migrantes a Yucatán, la frase que más llama la atención en el tema fue la pronunciada el pasado día 4 de este mes y año en Progreso, Yucatán por la candidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez: “Nosotros queremos un México donde la gente no tenga miedo de salir a la calle, así como en Yucatán. Eso tiene que cambiar y por eso hemos copiado el modelo de seguridad de Yucatán. Vamos a yucatanizar el país, queremos que todo México se parezca a Yucatán”, según lo trascribió la Agencia Quadratín (https://yucatan.quadratin.com.mx/elecciones-2024/vamos-a-yucatanizar-el-pais-para-que-la-gente-no-tenga-miedo-xochilt/).  Xóchitl, quien estaba junto al candidato panista Renán Barrera, puntualizó que, para hacer viable lo que podríamos denominar “la yucatanización más allá de Yucatán”, de ganar ella la presidencia ayudaría desde el gobierno federal a que los policías del país tengan, como salario mínimo digno, la cantidad de 20 mil pesos mensuales. 

Conclusión: Si los que habitamos Yucatán, por el motivo que fuere, ya no aguantamos el gentío, caos y tráfico vehicular, aumento en los precios de las casas-habitación y demás consecuencias del flujo de migratorio, colaboremos para “llevar la esencia de Yucatán a los lugares de origen de los demás mexicanos” en vez de solo observar que los “foráneos” sigan viniendo aquí buscando el “oasis de seguridad” al que ha aludido el gobernador Vila Dosal en sus discursos. 

*Doctor en Derechos Humanos por la Universidad de Guanajuato.

*Candidato a Investigador por el SNI Conacyt.

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