Clientes dieron a conocer una serie de irregularidades por parte del taller mecánico Frank Car o también denominado González R., desde la manera como operan, hasta el robo de piezas, sus costos, la falta de seriedad para cumplir los plazos establecidos y la alta contaminación que generan para las familias que cuentan con sus hogares en la zona.
El establecimiento se ubica en la calle 13, entre 36 y 38, en San Pedro Uxmal, a cargo de Carlos González y su hijo del mismo nombre, quienes ya poseen varias demandas en su contra.
En primera instancia, cabe señalar que los encargados del negocio anuncian en redes sociales una publicidad que no es verdadera, dado que publican fotografías de un sitio que en realidad no es donde se encuentran instalados.
En un principio todo parece miel sobre hojuelas, ofrecen servicio a domicilio, van a buscar los vehículos y todo parecer ser perfecto.
Sin embargo, una de las clientes afectadas, Elisa S.R., quien ya interpuso su queja por medios legales, reveló que no le han regresado su automóvil desde hace aproximadamente tres meses, ya se presentó en repetidas ocasiones y no le permiten llevárselo.
Asimismo, hasta que los aquejados llegan a realizar algún reclamo se pueden dar cuenta que la instalación no es la misma de la publicidad, que trabajan en la cochera de una casa, donde apenas caben dos carros y a los demás los dejan en la vía pública.
Según los clientes, en la calle se encuentran alrededor de 20 automóviles prácticamente abandonados, llantas en el piso y que originan alrededor de la arteria una excesiva contaminación de aceites, fluidos y basura.
Incluso, existirían denuncias ante la Profepa por daño al medio ambiente.
Los vecinos han solicitado ayuda al respecto, dado que les impiden transitar tranquilamente o pasear a sus mascotas.
Elisa S.R. señaló que siempre que asiste le ponen miles de pretextos y no le entregan su vehículo. Recientemente, el mecánico le exigió ocho mil pesos, cuando la cuenta ya estaba liquidada.
De acuerdo con la propietaria, solicitó probar el coche y la respuesta que recibió del encargado del establecimiento fue que no tocaría la unidad si no cubría esos ocho mil pesos.
