Museo Palacio Cantón abre dos exposiciones con vestigios de Ek Balam y Maní

En el marco del octogésimo cuarto aniversario de la creación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) el Museo Palacio Cantón abrió dos exposiciones denominadas Ídolos, persistencias-Resistencias y Ek Balám polifónico, una propuesta para conocer dos hechos importantes de la cultura maya, los vestigios y la presencia de la urbe de Ek Balám y piezas y obras halladas en Maní, tras el Auto de Fe en el siglo XVI.

Las exposiciones integran un total de 240 piezas recuperadas en diferentes actividades y excavaciones y que permiten conocer mucho más de la trascendencia de una ciudad como Ek Balám, que en lengua maya significa “jaguar-oscuro o negro”, sitio arqueológico que alcanzó su auge hacia el siglo V de nuestra.

La muestra destaca además de la presencia y grandeza de las construcciones que se edificaron en ese sitio desde el siglo III de nuestra era, hasta el arribo de los conquistadores, cuando la ciudad fue abandonada y gran parte de sus palacios y edificios religiosos se perdieron en la selva.

El Balám, que fue descrita en 1579 por el encomendero Juan Gutiérrez Picón en su obra “La Relación de Ek’ Balam” se menciona que el nombre del sitio proviene de un gran señor que se llamaba Ek Balam o Coch Kal Balam, quien la fundó y gobernó durante 40 años. Sin embargo, la evidencia arqueológica no nos ha proporcionado alguna prueba de la existencia de dicho personaje.

La primera exposición ubicada en la sala inferior del Museo Palacio Cantón, permite un acercamiento a la visión de esta ciudad que fue el centro del reino Talol a partir de 770 d.C. , con el ascenso al trono de un gobernante ambicioso y dinámico como Ukit Kan Lek Tok’, quien inició un periodo de florecimiento que se distingue por el auge constructivo y decorativo, principalmente en la acrópolis, el palacio real, donde todo reflejaba la riqueza y poderío que se fue acrecentando a lo largo de los más de 30 años bajo la guía y protección del gobernante.

En esta primera presencia, se advierten materiales, representaciones e ideogramas, así como cerámica e ídolos que se realizaron en ese sitio arqueológico hace poco más de mil 500 años, con obras y esculturas en barro y piedra, testimoniando aspectos religiosos y momentos de la vida de la población a través del mural de los 69 glifos hallados en la subestructura del cuarto 29 en el tercer nivel de la acrópolis durante los trabajos de conservación del sitio en el año 2000.

En su caso, la segunda presencia, expuesta en el primer piso del Museo, Ídolos persistencias-Resistencias, ofrece una importante cantidad de esculturas, recipientes, vasijas de cerámica, con presencia de dioses mayas, que fueron escondidos por los habitantes de Maní, antes del Auto de Fe, que se escenificó en esa población el 12 de julio de 1562 por Fray Diego de Landa.

Según detalla la narrativa del exposición, los vestigios fueron enterrados en cuevas, milpas y casas donde permanecieron escondidas hasta que fueron recuperadas en diferentes excavaciones, la más importante realizada en 1994 cuando se encontraron gran parte de ellas en una cueva de esa localidad.

La narrativa expone reflexiones y valoraciones sobre la diversidad de ideas religiosas tomadas de diferentes citas y menciones realizadas por los cronistas de la época que describieron la cultura, la identidad y el sentido espiritual de los pueblos mayas que fue impactada por la trasculturación y la imposición de una nueva religión traída por los españoles.

Esculturas de difentes tamaños en barro, piedra y madera exponen la amplia cantidad de dioses que los mayas veneraban, lo que también permite acercarse a la filosofía y sentido de su vinculación con la naturaleza, a la que dedicaban gran parte de sus figuras, la cosmogonía y la fe que dedican en muy diferentes actos de su día a dia y vida cotidiana.

Comparte
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Telegram
Notas recientes.

Síguenos

Yucatán Ahora 2024