Mujeres en la justicia: Graciela Torres

Falta mucho camino para la igualdad de género: Graciela Torres

“Pareciera que hemos avanzado, pero todavía falta”, afirmó la abogada Graciela Torres Garma, Consejera del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial de Yucatán, en relación a las oportunidades y espacios para el género femenino en el ámbito del derecho y la aplicación de justicia, en el marco del Día Internacional de la Mujer.
Con experiencia como presidenta del Sistema Estatal Anticorrupción y docente en varias Universidades de la entidad como la Marista, Mesoamericana de San Agustín (UMSA), Vizcaya de las Américas y la Interamericana para el Desarrollo (UMID), Torres Garma empezó su exitoso camino en la Fiscalía de la entidad, cursaba la licenciatura y trabajaba, con colaboraciones en el Ministerio Público, en ese momento todavía ubicado en la avenida Reforma.
“El camino no es fácil, pero con los ejemplos de otras mujeres uno se inspira cada día, la labor de la mujer es complicada, a veces sientes que te darás por vencida, aunque siempre hay ángeles que te impulsan a no rendirte”, declaró.
Con Maestría en Derecho Penal y Criminalística, informó que actualmente en el Consejo de la Judicatura, en cuanto a los jueces de primera instancia, 18 son varones y 37 mujeres, mientras que entre los 913 servidores judiciales figuran 530 representantes femeniles por 383 caballeros.
En un balance nacional, en el personal que labora en los Poderes Judiciales locales, el 59.3 por ciento son mujeres y en el sector Jurisdiccional alcanzan el 63 por ciento.
“La situación no ha cambiado, es la misma, seguimos luchando por espacios. Esto no lo veo como ganancia, aún nos falta”, afirmó.
Cabe señalar que en la composición de los Consejos de la Judicatura de los Estados, en 18 cuentan con una mayoría masculina y en 6 no existe a estas fechas ninguna representación femenina, aunque en Chiapas el 100 por ciento son mujeres.
“Es fundamental que sigamos avanzando, preparándonos, nunca hay que dejar de aprender”, señaló.
Torres Garma recordó y aclaró que el 8 de marzo no es un día para celebrar ni enviar felicitaciones, ya que de esa manera se pierde el verdadero sentido de la fecha, que inició con una huelga de trabajadoras textiles, en 1857, en busca de mejores condiciones laborales.
“Es para reflexionar, para pensar qué estamos haciendo y debemos mejorar”, manifestó
“Como mujeres tenemos que apoyarnos, debe existir sororidad, compañerismo, hay que unirnos, si luchamos contra nosotras o competimos todo lo logrado será en vano”, indicó.
Por último, consideró fundamental cambiarle la mentalidad a muchas niñas y jóvenes que debido al entorno familiar todavía creen que nacieron para ciertas actividades y que no les corresponde el aprendizaje, el desarrollo, crecimiento y éxito laboral.

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