[vc_row][vc_column][vc_column_text]La Guerra Fría ha vuelto, y no por los excesos del mesiánico gobernante antimexicano Donald Trump. Sucede que Lenin, Stalin, Jruschov, Yeltsin y Gorbachov, entre otros, reaparecen en escena en un enfrentamiento de titanes frente a lo que en la extinta Unión Soviética consideraban el imperio del mal: Estados Unidos.
Pero no pierda usted la calma. Las bélicas maniobras sólo se registran sobre un tablero de ajedrez, pintoresco y peculiar, resguardado en una segura vitrina en el centro comercial Plaza Diamante, también conocido como la “Casa del Ajedrez”.
El edificio, donde tiene su sede el dinámico club “Bobby Fischer”, alberga desde hace unos días una magna exhibición de juegos de ajedrez de colección llegados de varios países y es sitio de obligada visita de todos los asistentes al XXIX Torneo Internacional “Carlos Torre Repetto In Memóriam”, que hoy jueves por la mañana arranca en el Palacio de Gobierno.
Alrededor de 500 participantes, muchos de los cuales ya visitaron la muestra, se han inscrito para la decembrina competencia anual que, en seis categorías, se realizará desde hoy hasta el próximo día 19. El sector de mayor jerarquía, el Magistral, se jugará en el Salón de la Historia de Palacio de Gobierno y las otras cinco (grupos Yucatán y Mérida, así como los infantiles Sub 12, Sub 10 y Sub 8) tendrán lugar en el Museo de Arte Contemporáneo de Yucatán (Macay).
En el marco del evento, que reúne a combatientes de 15 países y casi toda la República, la “Casa del Ajedrez” organiza, como ya informamos, la aleccionada exhibición, que ofrece toda una lección de historia y geografía y en la que toman parte muchos de los locatarios de Plaza Diamante.
La Guerra Fría está en la Librería Proceso en Mérida, en uno de los corredores principales del lugar, y llama poderosamente la atención de quienes visitan Plaza Diamante, bien sea para adquirir una joya, una revista de comics en alguna de las tres tiendas de ese giro, un juego de ajedrez en “Diagonales” o bien para degustar alguno de los deliciosos, aromáticos guisos.
Trebejos y tableros, propiedad del entrenador y empresario ticuleño Gonzalo Marín Gómez, “El Tigre”, quien lo importó de Rusia, tienen pintadas las banderas de la URSS (la hoz y el martillo) y EE.UU. (las barras y las estrellas).
El bando de los malosos, por supuesto, es el de los estadounidenses, cuyas piezas, para avanzar, tienen que atravesar un campo en el que los miran recelosas las efigies de los personajes que más influyeron en el engrandecimiento de la antigua URSS.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
