El maestro debe de ser puente, no barrera: Francisco Barroso

Los retos para los docentes en este nuevo tiempo es incorporar la tecnología a las aulas, motivar y descubrir al alumno, incentivar las tareas y actividades que le permitirán sortear los retos del futuro a los estudiantes, retarlos y transmitir conocimiento para que sean productivos y eficientes, aseveró Francisco Barroso Tanoira, galardonado como el Maestro Distinguido 2023 en Yucatán.

Ingeniero Civil por la Universidad Autónoma de Yucatán, (Uady), Doctor en Ciencias Administrativas por la Universidad Anáhuac Mayab (UniMayab), Maestro en Filosofía y Máster en Gestión Socioeconómica, docente e investigador con 43 años en enseñanza en aula, Barroso Tanoira advierte que, la tarea más importante de un profesor es lograr aplicar la experiencia y conocimiento en favor del alumno y llevar al aula a la tarea del apredizaje de manera responsable.

Originario de Mérida, Yuc. vecino del barrio de San Sebastián, el Maestro Distinguido 2023 proviene de una familia de maestros. Su abuelo, madre, tias fueron maestros de enseñanza primaria, por lo que el gusto por la información, la lectura, el aprendizaje y la formación educativa están en sus venas desde muy joven.

El valor más importante para llegar a cumplir con la encomienda del maestro, dijo, es estrablecer una confianza plena entre el docente y el alumno, aplicar y saber atender las demandas de sus estudiantes, corresponder a la responsabilidad de enseñar de la mejor manera el conocimiento y con ello, encauzar inquietudes, propuestas, proyectos y necesidades del joven en estos nuevos tiempos.

El maestro tiene como responsabilidad indispensable la actualización, seguir aprendiendo, aprender de sus alumnos y de las nuevas dinámicas, métodos, condiciones y exigencias de la educación, incorporar y hacer útiles las nuevas tecnologías, recalcó.

Experimentado en formación de capital humano, Barroso Tanoira además de ser docente, ha sido expositor, consultor y asesor corportativo de una empresa internacional, que lo ha llevado a aplicar programas y normativas de trabajo en Sudamérica, Asia, Estados Unidos y en gran parte de México.

Es un privlegio tener este reconocimiento, apuntó, porque los retos que tiene el maestro de este tiempo, son muy distantes a los que conocimos hace algunas décadas. Hoy es valioso saber que, el estudiante de este nuevo siglo tiene otros motivadores, por ello, la necesidad de adaptación del maestro a las dinámicas educativas, las tecnologías, la información, manifestó.

El estudiante actual busca la inmediatéz, demanda aspectos a plazos más cortos, vive mucho más rápido y demanda una mayor exigencia en la aplicación del conocimiento, porque, tener un título profesional ya no es suficiente, es preciso conocer aspectos socioemocionales, mecanismos de integración más amplia -la globalización- ofrecer razonamientos más prácticos, trabajo en equipo, resolución de problemas y aplicación del sentido común, agregó.

La tarea del maestro actual también pasa por ser formativo, con valores y con constructivismo, porque la demanda de las nuevas empresas alcanza otros niveles y debemos saber ofrecer esta alternativa, no solo a unos cuantos, sino a la gran mayoría para poder impulsar a las generaciones venideras a superar los retos actuales, enfatizó.

Barroso Tanoira, quien se ha diplomado y especializado en Docencia y Maestro en Administración por la Universidad Autónoma de Yucatán, insiste en que, “antes era importante el método, ahora lo que importa esn la forma”. Aplicar el “chip” del cambio, es también para el profesor en el aula, destacó, porque es preciso entender que el joven debe de ser reflexivo, aunque ahora es mucho menos tolerante que en nuestra generación.

Apuntó que, uno de los problemas es que, el maestro ha perdido autoridad, porque muchas veces se recurren a condiciones y malas prácticas del estudiante para acusar a docente y las instituciones por conservar una mensualidad no le dan la razón al mestro, que debe confrontarse en su actuar ético.

Otro problema visible es que, hay instituciones educativas que prefieren al “maestro taxista”, al que pagan poco y tiene que tener varios trabajos para obtener una forma de vida razonable, lo que también compromete la calidad de la educación y las condiciones de los estudiantes que pagan una mensualidad, lo que se convierte en un clientelismo y no en un proceso de enseñanza-aprendizaje, abundó.

Por ello, la tarea no es solo del maestro, declaró, es una responsabilidad de las instituciones, del Estado, de las familias, porque la primera formación de un joven está en su núcleo familiar, y el maestro debe de ser transmisor de cocimiento, guia y brújula de las tareas y aspectos de la enseñanza-aprendisaje y la transmisión de la información, de la motivación, de la disciplina formativa, concluyó.

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