Desde “La Pastoral de la Vida” buscan impulsar proyectos para atender el tema del suicidio en Yucatán

Yucatán es uno de los estados del país con mayor índice de suicidios y el Pbro. Alejandro Álvarez Gallegos, coordinador diocesano de la Pastoral de la Vida, trabaja actualmente en un Doctorado en Bioética, con una tesis enfocada en este grave problema y que espera pueda aportar a la sociedad.

Álvarez Gallegos resaltó que la idea es aterrizar un proyecto muy concreto en todo el Sureste de México, que llegue a Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán.

“Tenemos más o menos la misma idiosincrasia, cada uno defendemos lo propio, pero al final todas estas entidades somos muy similares en muchas cosas, que no sólo sirva a los yucatecos, sino ayudar a los demás”, indicó.

El también párroco de la Iglesia de la colonia Alemán cuenta con la Licenciatura en Bioética, pero hace dos años viajó a Roma y comenzó su Doctorado con la tesis “El Suicidio en Yucatán”.

“Hay muchos divorcios, muchas emociones, violencia intrafamiliar, se presume que somos el estado y la ciudad más seguros de la República, pero hay muchas agresiones en Yucatán. Las mujeres están sufriendo mucho, las están golpeando, maltratando y parece que no sucede nada”, señaló.

“No estoy diciendo que yo soy la salvación o haré la diferencia, pero mi investigación es una propuesta, como parte de la iglesia tenemos el deber de dar nuestras aportaciones”, agregó.

Asimismo, Álvarez Gallegos resaltó que es alarmante que la franja de edad de los suicidios hasta hace algunos años era de 15 a 29 años, pero ahora se han presentado varios casos de niños entre 11 y 12 años.

“En ese aspecto hay un foco rojo con las familias, falta igual mucho sentido de la vida, si no sabemos para qué estamos en este mundo por eso muchos optan por la puerta falsa. Si tienes una idea clara, miras a tu alrededor y ves a tus seres queridos, a tus amigos, la gente te quiere, te llama, te aprecia, te busca y puedes ser motivo de una sonrisa para alguien, eso te da un sentido”, expresó.

“A veces la gente viene y me dice que están en depresión, preguntan qué pueden hacer, hay albergues, fundaciones, casas de ancianos, de niños, existen misiones, dar y desgastar la vida por los demás también se da un sentido, si vas a un lugar y te están esperando como un hospital, que llegas y eres motivo de alegría, todo eso te otorga un sentido”, añadió.

Aunado a ello, el presbítero consideró que la pandemia acentuó más la lamentable situación, ya que se dispararon los casos de problemáticas que pueden llevar al suicidio.

“No estamos acostumbrados a convivir tanto tiempo, de repente nos encerraron y familias de siete o más personas juntos un promedio de seis meses sin salir detonó todo, lo que debimos aprovechar para platicar, para acercarnos, se hizo a la inversa. Salieron todas las iras, frustraciones, rencores, falta de diálogo y se dieron muchos divorcios y abandonos de hogar”, manifestó.

Comparte
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Telegram
Notas recientes.

Síguenos

Yucatán Ahora 2024