Científicos mexicanos, preparados para evaluar daños de derrames petroleros

A 12 años del derrame accidental más grande de la historia de la explotación petrolera, ocurrido en el Golfo de México, el país ya cuenta con una referencia sólida para evaluar impactos ante un futuro accidente que pudiera ocurrir, coincidieron especialistas de la Unidad Mérida del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).
Durante la presentación literaria del Atlas de Línea Base Ambiental del Golfo de México, la nación ya tiene elementos para considerar la implementación de programas de monitoreo de costas y mares, así como fortalecer su esquema de organización y respuesta ante incidentes.
Los especialistas del Cinvestav – Mérida, Víctor Manuel Vidal Martínez, María de los Ángeles Liceaga Correa y Romeo de Coss Gómez, presentaron los resultados de los diversos estudios efectuados en el mar y la respectiva zona costera del país.
En el evento efectuado en el Gran Museo del Mundo Maya se abundó sobre los riesgos que prevalecen en el Golfo.


A raíz del derrame accidental suscitado en abril de 2010, en el Golfo de México, tras la explosión de la plataforma Deepwater Horizon, instituciones oceanográficas del país e instancias académicas como el Cinvestav, integraron el Consorcio de Investigación del Golfo de México (CIGoM).
De Coss Gómez explicó que se trata de un grupo multidisciplinario encargado de estudiar la condición ambiental actual y los potenciales efectos de derrames de gran escala sobre los ecosistemas marinos de esta zona.
El Consorcio está financiado por el Fondo de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía, y durante 2015 y 2018 realizó 19 campañas oceanográficas que cubrieron 180 estaciones de monitoreo, donde detectaron los niveles de hidrocarburos y metales en el agua o sedimentos, además de cuantificar los impactos sobre los organismos del ecosistema.
Esta investigación generó, como uno de sus productos, el Atlas de Línea Base Ambiental del Golfo de México, acotó.
Expresó que el Atlas pretende dar una representación geográfica de las características físicas, químicas, biológicas y ecológicas del estado en el que se encuentra el Golfo de México y es, hasta el momento, la más extensa caracterización oceanográfica del país.
“Esta imprescindible herramienta bibliográfica será de utilidad para la planificación y toma de decisiones en la zona, al contar con 11 tomos que comprenden temáticas como meteorología, circulación y oleaje, biogeoquímica y ecología, hidrocarburos, contaminantes en organismos, pastos, tortugas, cetáceos, pelágicos mayores y bacterias”, subrayó.
Por parte, Vidal Martínez comentó que cada tomo contiene una introducción donde se describe la importancia y bases conceptuales científicas particulares, así como un segundo capítulo en el cual se detallan el origen, procesamiento, selección de datos y la cartografía de cada una de las múltiples variables consideradas en el estudio.
La contribución del Cinvestav se enfoca principalmente en la parte biológica y química, así como la detección de áreas específicas de tortugas marinas, producto de los datos recolectados en diferentes cruceros oceanográficos que se realizaron en dos zonas del Golfo de México: el Cinturón Plegado Perdido, frente a las costas de Tamaulipas, y la Plataforma Continental de la Península de Yucatán.
Enunció que el contenido de este Atlas tiene relevancia en diferentes sectores, incluyendo el transporte marítimo, la operación de la infraestructura de extracción petrolera, la pesca y la condición ambiental marina, pero se espera que también sea de utilidad para el público en general, como objeto de conocimiento con fines de conservación y manejo sustentable de los recursos marinos.
Señaló que en su elaboración, además del Cinvestav, participaron 11 instituciones mexicanas y una de Estados Unidos, tal el caso de las universidades Nacional Autónoma de México, Autónoma de Baja California, Autónoma Metropolitana, Autónoma de Nayarit, de Texas A&M.
Así como también los centros de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada y el Interdisciplinario de Ciencias Marinas del Instituto Politécnico Nacional, además de El Colegio de la Frontera Sur, con un total de 283 colaboradores investigadores, técnicos, cartógrafos, estudiantes de posgrado y licenciatura.
Recordó que durante tres meses, se vertieron cerca de 800 mil toneladas de petróleo del pozo Macondo, el equivalente a tres días de la producción petrolera mexicana de 2019.
La ausencia de una caracterización adecuada de las condiciones ambientales en la región previas al derrame hizo difícil evaluar los impactos sobre el ecosistema con un alto nivel de certeza.
Actualmente, con el fin de tener una referencia sólida para evaluar impactos ante un futuro derrame de petróleo o algún otro incidente de gran magnitud, el CIGoM continúa desarrollando proyectos con base en cinco líneas de investigación, Plataformas de observación oceanográfica, Línea base y monitoreo ambiental, Modelos de circulación y biogeoquímica, Degradación natural de hidrocarburos y Escenarios de derrames.
Finalmente, los investigadores comentaron que, gracias a esta línea base, la Secretaría de Energía en conjunto con Petróleos Mexicanos tendrán elementos para considerar la implementación de programas de monitoreo de costas y mares, así como fortalecer su esquema de organización y respuesta ante incidentes.
El Atlas es de libre acceso y puede consultarse en la página https://atlascigom.cicese.mx/.

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