Yucatán, sin especialistas y sin cultura sísmica

[vc_row][vc_column][vc_column_text]La distancia y las condiciones geológicas de la Península de Yucatán permitieron que en Mérida se registrara un movimiento sísmico de tres grados de escala de Richter, el cual está en el rango considerado como perceptible y que en ocasiones provoca daños.

Aunque desde hace siete años se reanudó la operación del Servicio Sismológico de Yucatán, en Mérida, toda información recopilada y analizada se realiza desde la Ciudad de México, ya que en el estado no hay especialista alguno que esté a su cargo.

El temblor que estremeció a buena parte del país ocurrió a las 23:49:18 horas del pasado jueves 7, con una magnitud de 8.2, cuyo epicentro se registró a 133 kilómetros al suroeste de Pijijiapan, Chiapas, y a una profundidad de 58 kilómetros.

De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), hasta las 13 horas se habían registrado 337 réplicas, cuya magnitud más alta fue de 6.1
.
A pesar que el SSN cuenta con 102 equipos para el registro de temblores, distribuidos en toda la República Mexicana, hasta el momento no se tiene información de la magnitud que se registró en Mérida.

Sin embargo, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), reveló que la magnitud que se registró en Mérida fue de tres grados de la escala de Richter.

Estableció que los sismos de 3 a 3.9 grados son considerados como “menores”, los cuales, a menudo son perceptibles, y rara vez provocan daños.

De acuerdo con diversos reportes, en su mayoría dados a conocer en redes sociales, en Mérida se observa el movimiento de lámparas, así como de las aguas de una piscina.

Incluso, para evitar accidentes, al menos un hotel de esta ciudad capital activó el protocolo antisísmico, por lo que el Hyatt optó por evacuar a los usuarios y personal, pues en Yucatán no hay edificios construidos para soportar condiciones de terremotos.

El director estatal de Protección Civil, Aarón Palomo Euán, confirmó que la magnitud del sismo que se sintió en Mérida fue de tres grados. Por la distancia, fue mayor en Campeche y en Tabasco.

De acuerdo con la Instituto de Geofísica de la UNAM, el movimiento telúrico de Yucatán fue de menor intensidad debido a la condición geológica de la Península, y más aún, en el Estado, que es pedregoso, es decir, las lajas son más compactas.

Sin embargo, en ocasiones también se registran temblores en el Estado, tal como ocurrió el 7 de abril de 2016, cuyo epicentro estuvo a 19 kilómetros al noreste de Motul, con una magnitud de 2.9 grados, y la teoría más factible establecida por la UNAM fue el derrumbe de una caverna, aunque nunca apareció fractura alguna en la superficie.

Estación sismológica

En 1913 se estableció la Estación Sismológica de Mérida, una de las 13 construidas en el país. Aunque el objetivo eran 60, el movimiento revolucionario impidió llegar a esa meta.

El equipo se ubicó a un costado del Cementerio General, pero dejó de funcionar en 1988, debido a que el huracán Gilberto acabó con las instalaciones.

Sin embargo, la familia Sansores reactivó el lugar, en 1998, pero el equipo dejó de funcionar completamente.

Afortunadamente, después de 12 años de inactividad, el 12 de abril de 2010, a las 23 horas, se reactivó la operatividad de la Estación Sismológica, y el funcionamiento y cuidado estuvo a cargo del especialista de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), Jorge Vivas Pereira.

Posteriormente, se estableció un vínculo con la UNAM, para el trabajo conjunto. Pero en 2015, Vivas Pereira se jubiló, por lo que toda la labor quedó en manos de la Universidad Nacional.

Al contar con equipo electrónico, la UNAM monitorea toda la información registrada en Mérida, desde la Ciudad de México, por lo que en el Estado no hubo especialista que pudiera dar información al respecto.

Aunque se intentó contactar con especialistas del SSN, del Instituto de Geofísica, en la Ciudad de México, y del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental, en Michoacán, todos de la UNAM, ninguno estaba en su cubículo o laboratorio.

El motivo, presidían conferencias de prensa, tenían reuniones urgentes y de últimas hora, o fueron al lugar de los hechos.

Mientras que en el caso de la UADY, no hay especialista alguno en material de geología, y mucho menos, en movimientos sísmicos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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