[vc_row][vc_column][vc_column_text]Como algunas familias se ponen de acuerdo al instante sobre qué comerán para las fiestas, están también los indecisos que, a la fecha, no saben cómo vestirán la mesa navideña.
Si usted es del caso dos, les contamos que en el Sindicato de Fotógrafos, frente al Kukulcán, María Elidé vende pavos en pie (vivos) o beneficiados (muertos, desplumados y sin vísceras) las 24 horas, a $40 el kilo (vivo) y $50 el kilo (beneficiado). Hay tamaño para elegir, entre nueve y 16 kilos.
Mary nos cuenta que este negocio de su familia, que ha pasado de generación en generación, marcha sobre rieles este año. “Gloria a Dios está funcionando bastante bien, se gasta una tanda de pavos y llega otra. La gente los prefiere recién beneficiados y casi no hay diferencia de precio. “Acá no tarda el cliente, esa es la ventaja. Es venta, no se puede perder la oportunidad”, explica.
Y parece ser la mejor opción de precio, ya que es más económico que en el súper, donde se vende el kilo a precios que van de los 55 a los 92 pesos y son pavos congelados, de los cuales se desconoce su alimentación. “Son animales que están inyectados, lleno de agua”, remarca Mary, quien les ofrece alimento balanceado y granos a sus pavos.
La comida no es la prioridad
Wendy es una madre millennial que trabaja todo el día y ahora hace malabares para atender a la familia, ya que sus hijos salieron de receso escolar. Le preguntamos qué planes tiene para la cena navideña y es como si se lo recordáramos, ya que no es prioridad el tema en su vida.
“Vamos todos a casa de mi mamá, creo que ella hará pavo, no estoy segura. Mis hermanos y yo llevamos sandwichón, espagueti y otras cosas por el estilo, pero realmente no me clavo con este tema”, contesta, mientras le suena el celular, uno de sus hijitos hace un berrinche y el otro le pide jugo.
Pierna y postre
Martha también trabaja, tiene hijos adolescentes y disfruta mucho de cocinar, oficio que aprendió de su mamá. Este año ya compró una pierna de puerco a 62 pesos el kilo y preparará una pierna claveteada.
“Compré una de cinco kilos para que comamos el 24 a la noche y el 25 al mediodía. Para prepararla compras también una lata de piña en almíbar y una botella de vino blanco. Combinas el jugo de la piña y el vino y se lo vas inyectando a la pierna con una jeringa por todos lados. Luego colocas sobre la pieza de carne unos clavos de olor y ¡Al horno!”, nos cuenta Martha.
Durante la cocción explica que abre el horno, vuelve a inyectar la pierna con el almíbar y el vino blanco y baña la pieza de puerco con el mismo jugo que desprende. Esto lo hace en varias oportunidades hasta que, luego de dos horas aproximadamente, la carne está lista.
“Es un platillo que se come caliente y se puede acompañar con cebolla morada curtida, lasagna y souflé de papas. Al otro día la pierna claveteada sabe más rica”, asegura.
De postre, Martha le prepara a su familia la tradicional “Carlota”. Primero licúa leche condensada, leche evaporada y vainillas picadas. “Pones una capa de galletas de limón Dondé y las bañas con la crema que licuaste y vuelves a colocar otra capa y otra hasta formar un pastel. También puedes rellenar las filas de galletas con cóctel de frutas. Es delicioso y a todos les encanta”, cuenta.- CGO.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]