09 de noviembre 2024

“SINAHAL, SEÑORA DE LOS PARTOS”, DOCUMENTAL QUE PROYECTA LOS NACIMIENTOS CON PARTERAS

El “Milagro de la Vida” a través de una cámara, la maravilla de la naturaleza, un momento mágico para muchas mujeres, puro, sabiduría ancestral y tradición; es lo que Glenny Torres y Efraín Conde trasportan por medio de “Sinahal, Señora de los Partos”.

Cine yucateco, realizado por yucatecos, para enaltecer la labor de la partería y sus principales autoras, auténticas heroínas.

“Sinahal, Señora de los Partos”, es un documental que habla de la vida de dos parteras tradicionales mayas, Rafaela Can Aké y Crispina “Tina” Euán Chel, quien lamentablemente falleció hace apenas unos días. Su día a día, su extraordinaria labor, la manera como las futuras madres acuden a ellas o incluso mujeres que enfrentan problemas para poder embarazarse y las buscan para solicitar ayuda.

“Uno de los personajes (Crispina) es la que estaba más involucrada en el gremio de las parteras, en realidad son pocas las que existen todavía, pero se está tratando de rescatar. El otro personaje (Rafaela) que tenemos no forma parte de ese grupo, pero lo sigue haciendo de la manera tradicional en su comunidad, es como la mamá del pueblo, le tienen mucha confianza”, indicó la directora del proyecto, Glenny Torres, originaria de Buczotz.

Torres dio a conocer que en 2013 elaboró un libro fotográfico denominado “Sabios” donde visitaba comunidades buscando personajes que de alguna manera tenían algún conocimiento que estuviera perdido y había que destacar, un proyecto para Pacmyc.

“A raíz de eso conozco a las parteras y decido que había que hacer un documental sobre la partería maya, fue una búsqueda de las protagonistas, fui averiguando dónde habían más, viajamos a las poblaciones y así descubrí a doña `Tina´, quien vivía en Hocabá; me di cuenta que sería un gran personaje por la manera como era. Ya con el tiempo, también conocí a doña Rafaela, ella se mueve por el mundo actual demostrando lo que es y vale la partería maya”, dijo.

Por su parte, Efraín Conde, productor del documental, de Tizimín, resaltó que al tratarse de partos reales, existían ocasiones que unos ocho años.

“La parte de producir incluye tener todo listo para que ella pueda filmar, pero una vez yo tenía compromisos y ellos (compañeros) se adelantaron, tuvieron que esperar al primer bebé por 18 horas, cuando yo terminé, fui y llegando pongo un pie abajo del auto, lo primero que escuché eran los gritos del recién nacido, me acerqué al monitor y todos con extrema felicidad, una experiencia padrísima y eso que yo viví ese momento exacto, ellos estuvieron esperando, con la mamá, en la labor de parto, con la cámara, toda la noche, es magia pura”, afirmó Conde.

“Yo soy mamá, sé lo que se siente, pero viví esa gran diferencia, yo tuve un parto en hospital, cuando empecé el proyecto no estaba embarazada, entonces he vivido ese proceso y cuando vimos este parto tan mágico te das cuenta, estás en un ambiente más seguro, más en confianza, puede entrar la persona que quieras que esté apoyándote en ese momento. Eso es la película, rescatar el momento, que la mujer decida como parir”, apuntó Torres.

Asimismo, el productor aclaró que no pretenden confrontar cuál de los métodos es mejor, si el hospitalario o humanizado.

“Viene de muchas culturas, nos enseñaron que tienes que ir a un hospital, pagas y ahí viene tu bebé, ni siquiera desafiamos si existen otras posibilidades, puedes en tu casa tener a tu hijo, en la casa de la partera, sin doctores, sin medicinas, eso hace que los bebitos tengan un triunfo en su primera lucha al venir al mundo, vienen a este planeta sin necesidad de ningún tipo de ayudas y supongo que eso te ha de cambiar algo en la interacción. Ni uno es bueno ni otro es malo, simplemente nos inculcaron y enseñaron cosas y no nos ponemos a profundizar si es la única opción”, expresó.

“En la película tratamos de poner esta realidad que nosotros encontramos, vivimos, sentimos, sin desafiar ni criticar a nadie, es una realidad que existe y no conocíamos, tal cual los ojos de asombro que tuvimos cuando ese bebé llegó, así con todo el proceso, cuando llaman a la señora, la van a busca, cuando llega del pueblo, el masaje”, añadió.

Conde reveló que contaron con un prepuesuto asignado, ya que ganaron una convocatoria que organizan la Secretaría de Cultura, con la de Hacienda, para eficientar las inversiones en los proyectos culturales, “Estímulo Fiscal para el Cine” (Eficine), que permite a cualquier empresa o empresario donar sus impuestos para filmar películas y no pagarlos a la autoridad correspondiente, beneficio que por primera ocasión se aplica al cine en el estado.

“Para mí tiene tres premios este trabajo: Hicimos una cinta yucateca; la directora, mujer, tuvo la idea de hacer un proyecto con una narrativa que no se está contando de nuestra historia, es el día a día, no inventamos nada, es un documental; además que desde Yucatán pudimos entrar a los formatos industriales de realización de películas”, aseveró.

Cabe señalar que para el documental, se filmaron tres partos y en la película salen dos, con total consentimiento y conciencia de las participantes, las cuales se encuentran a favor de la partería, de rescatar ese momento tan mágico.

“Doña Rafaela es una persona que mucha gente conoce y la quiere, las mamás son sus pacientes, la ven com una mamá, como una persona sabia, sabe un montón de cosas que nosotros no. Tratamos de ser muy respuetoso, tuvimos una conexión real con las embarazadas, es complicado, porque estamos presentes en un momento inolvidable, donde la madre está competamente expuesta a que nosotros grabemos, es otro mundo, nosotros como gente de la ciudad estamos bien desconectados de la vida”, manifestó Conde.

Por cierto, Can Aké, de Chumbec, comisaría de Izamal, con más de 30 años como partera, ha atendido pacientes de todo el mundo, alemanas, rusas y brasileñas. En la filmación, se podrá admirar el bebé 486 que recibió, aunque hoy ya rebasó los 500, con una tasa de éxito del 100 por ciento.

Actualmente, el documental atraviesa su etapa de “Festivaliada”, información enviada a los diferentes Festivales del mundo para que los distribuidores de cine y otros productores conozcan el trabajo y se puedan interesar. Posteriormente, se pasará al proceso de distribución para poder disfrutarla en los cines yucatecos.

La cinta está destinada a toda la familia, con una duración de una hora, con 10 minutos, hablada en maya y español.

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