No basta con la etiqueta ambiental para ser sustentable

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Debido a la importancia del uso de la energía alternativa, en Yucatán se requieren estudios confiables para garantizar la sustentabilidad así como para establecer estrategias que fomenten la identidad cultural del lugar, afirmó el investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Julio Sacramento Rivero.

Reconoció que en Yucatán se instalarían empresas para el aprovechamiento de energía solar y eólica, algunas de las cuales ya cuentan con los respectivos permisos y han desarrollado estudios, pero se requiere de otras evaluaciones la sustenibilidad.

Las plantas fotovoltaicas y eólica se instalarían en Cansahcab, Dzilam de Bravo, Motul, Peto, Progreso, Sinanché, Sucilá, Telchac Puerto, Ticul, Tizimín y Valladolid.

“La sustentabilidad puede entenderse a partir de tres pilares fundamentales: el ambiental, el social y el económico, por lo que para el mejor aprovechamiento de energía limpia se requiere cumplir con estos requisitos”, acotó.

Resaltó que un proyecto, proceso o empresa se considera sustentable cuando demuestra que es económicamente factible, así como ambiental y socialmente responsable.

El investigador de la Facultad de Ingeniería Química de la UADY expresó que, el paradigma económico anterior buscaba producir la mayor cantidad al menor costo posible, sin pensar en el agotamiento de los recursos naturales o en el futuro de las siguientes generaciones.

“El concepto de sustentabilidad cambia un poco el paradigma. Es un concepto multidisciplinario que abarca muchos factores, pero la idea principal es realizar acciones productivas y rentables sin agotar los recursos”, subrayó.

Asimismo, la sustentabilidad está integrada por diferentes dimensiones que incluyen aspectos culturales, institucionales, históricos, etcétera, por lo que la Facultad desarrolla la metodología de análisis de ciclo de vida.

“El análisis del ciclo de vida es un estudio ambiental que consiste en caracterizar la cadena completa de suministro de energía o ruta tecnológica, verificando todos los pasos que tienen que suceder desde que se genera un producto hasta su uso”, aseveró.

Recordó que hace 40 años, sólo se acudía a las plantas generadoras de energía para medir las emisiones, pero ahora se analiza detalladamente desde la instalación de las mismas, la obtención de la energía y la puesta a disposición al público.

El estudio de la cadena de suministro de energía incluye el registro de emisiones de gases tóxicos y los impactos que pueden tener a lo largo del tiempo y su distribución en el espacio.

Análisis social

Sacramento Rivero indicó que para evaluar el aspecto social de un determinado proyecto existen más oportunidades para innovar debido a que depende, en gran medida, del contexto en el que se realice.

“Los impactos sociales de una empresa transnacional que se sitúa en Yucatán van a ser diferentes que los impactos de una empresa pequeña de un inversionista local, tanto positivos como negativos, ambas pueden resultar terriblemente mal o excelente”, apuntó.

Explicó que se busca fomentar el respeto de los usos y costumbres de los habitantes para evitar generar un choque entre estos y los empresarios o dirigentes de proyectos de producción de energía.

Sin embargo, esto puede resultar difícil porque aun dentro de las comunidades puede haber puntos de vista contrarios ante el desarrollo de proyectos productivos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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