Mujeres en la justicia: Fanny Luit

Para la abogada Fanny Luit, ser Juez le ayudó a valorar más la libertad y la vida

La Juez Primero Civil del Primer Departamento Judicial del Estado, la abogada Fanny Iuit Arjona es el reflejo de que la capacidad, el razonamiento, el carácter y el correcto aprovechamiento de las oportunidades no conocen de género ni de diferencias entre hombres y mujeres.

Iuit Arjona comenzó su trayectoria en el ámbito penal, pero luego probó la parte sensible y ya no la dejó. Llegó a desempeñarse como escribiente y secretaria auxiliar, entre otros cargos.
“Es necesario para nosotros atender a ese público que llega con problemas propios, personales, que para ellos son fundamentales. Puedes tener varios expedientes y para cada persona su caso es el más importante”, aseveró, entrevistada en el marco del Día Internacional de la Mujer.
“He aprendido a valorar muchísimo la libertad, la vida, lo que tenemos, cuando los ciudadanos llegan podemos ver su sufrimiento por las carencias, porque ha sido violado un derecho, suprimido el deseo de gozar por ejemplo una propiedad que les ha costado esfuerzo, lucharlo y obtenerlo”, añadió.
Para la abogada, impartir justicia es un compromiso donde no se puede fallar, pero está enamorada de su trabajo y aprovecha los inconvenientes que a veces suelen enfrentar el sexo femenino para aplicarlo correctamente en su accionar jurídico.
“Debo de atender con mucha precisión y el más alto grado de preparación legal y empática, estar consciente del resultado que puedan tener mis decisiones, que las personas entiendan la razón del por qué estamos diciendo si tienen el derecho o no, es complejo, pero las experiencias que vivimos como mujeres en el contexto social, los problemas que enfrentamos en nuestro género nos ayudan a tener mejores elementos para comprender el contexto y dar buenos resultados”, manifestó.
Iuit Arjona destacó que la actualización y preparación constante suelen rendir frutos y la han llevado hasta el sitio que hoy ocupa. Incluso, en los años recientes continuó su formación con una Maestría en Derecho Procesal y un Doctorado en Derechos Humanos, claro ejemplo de que nunca es tarde para estudiar.
“Somos mamás, esposas, hijas, hermanas, incluso amigas, tenemos muchos roles en la sociedad, es muy importante tener el apoyo de la familia, que nos facilita igual las cosas para lograr nuestras metas”, finalizó.

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