Gran fiesta brava en la Plaza de Toros Mérida el pasado fin de semana

Inmejorable presentación del venezolano Jesús Enrique Colombo, quien llegó como un completo desconocido para muchos, jamás había pisado la Plaza de Toros Mérida y se convirtió en la gran figura y triunfador del tercer festejo de la temporada con tres orejas, mientras que Uriel Moreno “El Zapata” se agenció una, ante tres cuartos de entrada en los tendidos y un encierro de “Pastejé” bien presentado y que en general se prestaron a la lidia.

Con apenas 24 años, Colombo demostró mucha madurez, valentía y entendimiento, para conectar de inmediato con el público yucateco.

En su primer astado, “Justiciero”, de 560 kilogramos de pesos, el sudamericano comenzó una excelente tarde, con una faena aseada, concentrado y una certera estocada, que le valieron el primer apéndice.

En el segundo de su lote, para cerrar la tarde, “Regalito”, de 510 kilogramos, Colombo se echó a la bolsa a los aficionados locales. Se mostró valiente en todo momento, con gran técnica, pases largos, de pecho y enormes muletazos, siempre en los terrenos del burel, toreando de rodillas y encarando a su enemigo.

Todavía mejor con la espada, por lo que la recompensa llegó con dos orejas y un merecido “arrastre lento” para “Regalito”

En cuanto a “El Zapata”, en su primer astado, “Coquinero”, de 510 kilos, intentó y coqueteó con la oreja, pero falló al momento de matar.

No obstante, el tlaxcalteca consiguió su revancha frente a “Faraón”, de 500 kilogramos, aunque con cierta polémica, dado que logró enganchar al ejemplar y llevarlo poco a poco a su dominio, le sacó todo el jugo que pudo y la estocada resultó más que precisa.

Moreno recibió sólo una oreja, decisión que no lo dejó conforme y se la concedió a un integrante de su cuadrilla. El diestro y el respetable consideraron que se había ganado el segundo galardón, pero el juez Ulises Zapata León no pensó lo mismo.

En cuanto al yucateco André Lagravere “El Galo”, reapareció en los ruedos tras la cornada que sufrió en Jalisco y en su primer enemigo de la tarde, “Fado”, con 520 kilogramos, no pareció venir de serias lesiones.

Arropado por el público con gritos de ¡Arriba Yucatán!, Lagravere intentó no defraudar a sus seguidores y cumplió en términos generales, pero la oreja no llegó y se tuvo que conformar con una vuelta al ruedo.

Posteriormente, “Príncipe” se erigió como el peor burel del encierro, no dio prácticamente para nada y además “El Galo” se vio infame con la espada, con 10 pinchazos y un aviso para concretar su cometido.

La corrida fue anunciada como un duelo de banderilleros y los tres correspondieron con creces, incluso compartidas en cuatro de los seis astados.

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