Luego de cuatro siglos de espera, en las ciudades precolombinas del Puuc de Yucatán se observó a plenitud el eclipse anular de Sol, denominado “El anillo de fuego”, a las cuales acudieron miles de turistas así como especialistas, para constatar este fenómeno natural, el cual, en un principio las nubes amenazaban con opacarlo.
El arribo masivo se observó en Chacmultún, Uxmal, Kabah, Labná, Xlapac, Sayil y Oxkintok, al cual acudieron también numerosos vendedores ambulantes, quienes “hicieron su agosto”, pues un refresco de medio litro costaba al menos 30 pesos, yen el caso de Uxmal, unas gafas con filtro solar lo vendían a 50 pesos, pero en el interior del sitio, el costo se disparaba a $250.
Afortunadamente, el saldo fue blanco, no hubo incidentes mayores en los sitios, aunque los custodios del Centro Yucatán del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) llamaron la atención a personas que tocaban el caracol o que se subían a las pirámides.
Aunque la mayor crítica correspondió a Oxkintok, debido a la pésima calidad de la angosta carretera, pues los nueve kilómetros habían baches de diversos tamaños, e incluso, en algunos tramos ya no habían cinta asfáltica.
El eclipse comenzó a las 9:51 horas para concluir a las 13:17 horas, y en un principio, las nubes amenazaban con impedir la observación del fenómeno, en especial, la totalidad de la anularidad.
La fase anular empezó a las 11:29 horas y concluyó a las 11:34 horas, por lo que el máximo sucedió a las 11:31 horas, por lo que el Sol se ocultó en 96.7 por ciento.
En Oxkintok, la totalidad duró cuatro minutos con 22 segundos, en Uxmal, fue de cuatro minutos con 13 segundos y en Chacmultún fue de dos minutos con 16 segundos.
Tan sólo en Oxkintok arribaron más de 200 personas, las cuales se distribuyeron en los diversos grupos arqueológicos que conforman el sitio.
Entre los asistentes estaba el arqueoastrónomo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Jesús Galindo Trejo, quien recorría la ciudad prehispánica para detectar algún edificio alineado con el suceso.
Asimismo, arribó el especialista del Centro INAH-Yucatán, Luis Pantoja Díaz, quien dio a conocer la importancia histórica del sitio.
Cerca del mediodía, en la zona de monumentos arqueológicos sólo quedaba cerca del 50 por ciento de los asistentes, quienes optaron por recorrer el lugar.