Sin actividades especiales las zonas arqueológicas de Yucatán por el equinoccio de otoño

Las autoridades federales del INAH no han previsto actividades especiales en las zonas arqueológicas de Yucatán en el equinoccio de otoño. Ni la zona arqueológica de Dzibilchaltún, ni en Chichen Itzá se han previsto actividades extraordinarias, según se pudo confirmar.

Tradicionalmente, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) convoca a la población y medios de comunicación en los días en los que se presenta el fenómeno ‘del pazo de la luz’ en el pórtico principal de la edificación mayor del polígono conocido como ‘las Siete Muñecas’ en Dzibilchaltún y la representación del juego de formas geométricas en la escalinata norte de El Castillo, en Chichen Itzá, en el equinoccio de otoño –

En esta ocasión, no habrá actividades extraordinarias en ninguna de las dos zonas arqueológicas yucatecas. Por su parte, el Patronato Cultur dio a conocer que, no habrá actividades especiales durante los días del equinoccio cuando se espera que acudan unas 6 mil personas diariamente en promedio en los próximos días.

El equinoccio de otoño en el hemisferio norte se alcanzará a las 8:50 horas del sábado 23 de septiembre, indican los especialistas.

Sobre este tema, José Huchín Herrera, director de la zona arqueológica de Uxmal y Ruta Puuc del INAH destacó que, la representación de los fenómenos de los equinoccios se ha podido identificar en diferentes zonas arqueológicas mayas, pero las más conocidas son las de Dzibilchaltún y Chichen Itzá.

Destacó que, la alineación de edificios y plazas en Uxmal, en el área conocida como el Palacio del Gobernador, también registran estos fenómenos y se estudia en otros puntos de la geografía de monumentos arqueológicos, estableciendo la importante que representaba para la sociedad maya, fechas y tiempos que marcaban sus calendarios y tareas socioculturales.

El equinoccio es un fenómeno astronómico que ocurre dos veces al año, -en marzo y septiembre-, se registra cuando el sol está a la mitad en su recorrido aparente de norte a sur y de sur a norte. El seguimiento a estos eventos, fue una de las tareas que la cultura maya dedicó voluntad y capacidad, los registros indican que, los astronomos mayas idetificaron estos cambios y construyeros edificios alineandos a los momentos en los que se alcanzaba estos cambios en las estaciones.

Es importante establecer, señala Huchin Herrera que, las representaciones no son iguales, en Dzibilchaltún, que en maya signfica “lugar donde hay escritura en las piedras”, erigieron un edificio, donde los primeros rayos del sol cruzan justo el centro de la puerta oriente y crean un espectáculo de luz y sombra en su fachada poniente.

En otro punto, en Chichen Itzá, pasando el medio día, la luz solar se refleja sobre la escalinata norte de la edificación más alta de la urbe maya, debido a los nueve bordes de esquinas de la construcción, representando triangulos que confluyen con la cabeza de serpiente en la base de la construcción, representando una vibora y los mayas idealizaron a la deidad de Kukulkán -serpiente emplumada- y que daba lugar a fiestas, ceremonias y ritos religiosos entre la población.

Huchin Herrera señaló que, este fenómeno astronómico también fue determinante en otras culturas. Según registros, la representación de los equinoccios también han sido registrados en Palenque, Chiapas; Monte Albán, Oaxaca; Cholula, Puebla, por mencionar algunos.

Los investigadores continúan desarrollando teorías sobre los alcances que alcanzaron las culturas milenarias como los mayas sobre los equinoccios. En la actualidad, la representación de estos fenómenos son un atractivo cultural-turístico y cientos de personas viajan para vivir la experiencia de observar estas representaciones.

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