Comunidades costeras con la peor crisis a partir de 2023

[vc_row][vc_column][vc_column_text]A partir de 2023, las comunidades costeras de Yucatán enfrentarán un grave problema de supervivencia social y ambiental, debido a fenómenos naturales y antropogénicos, afirmó el especialista del Campus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Paulo Salles Afonso de Almeida.

Dicha amenaza es consecuencia de la llegada de nuevas industrias, el crecimiento demográfico acelerado y los efectos del cambio climático, por lo que la problemática será más palpable, abundó.

Enfatizó que para minimizar el impacto, se diseño de un plan de restauración y estabilización de las playas locales, empezando con la creación y funcionamiento de laboratorios así como la aplicación de programas, el uso de tecnología y la participación directa de la comunidad.

Indicó que “con el fin de atender las problemáticas de la costas mexicanas, especialistas de instituciones académicas de educación superior y centros de investigación crearon el Laboratorio Nacional de Resiliencia Costera (Lanresc), y Yucatán ya cuenta con sus propias instalaciones”.

El Lanresc está enfocado en la generación de proyectos de investigación en torno a las costas desde perspectivas interdisciplinarias y multiinstitucionales, acotó.

Aclaró que hoy en día, los especialistas de Laboratorio trabajan en el diseño de un plan de restauración y estabilización de las playas de Yucatán, iniciando por un tramo de 40 kilómetros localizados entre el puerto de Progreso y la localidad de Telchac Puerto.

“Tradicionalmente esas problemáticas se resuelven con rellenos de arena y estructuras de protección de playa, pero en este caso también está involucrada gente de manejo costero que ve el tema de la percepción de la vulnerabilidad por la sociedad, de los programas y leyes que existen, y cómo se pueden mejorar y adaptar”, subrayó.

Paulo Salles Afonso de Almeida

 

Multilaboral

 

Indicó que en el proyecto participan ingenieros, físicos, químicos, así como especialistas en vegetación de duna costera y percepción remota, entre otros.

“Estamos conjuntando un equipo interdisciplinario para resolver un problema que, desafortunadamente, hasta la fecha se resolvía unidisciplinariamente”, agregó el investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Unidad Académica Sisal.

En la actualidad, el Lanresc se conforma como un laboratorio “sin paredes”, en el que colaboran instituciones del norte, centro y sureste del país.

Los estudiosos están dedicados a evaluar la capacidad de sistemas y comunidades costeras para recuperarse y adaptarse a perturbaciones a través de servicios técnicos, investigación, formación de recursos humanos de alto nivel y generación de conocimiento para la toma de decisiones.

Definió resiliencia costera como la capacidad de los sistemas socioecológicos para mantener su equilibrio a diferentes tasas y escalas, ante reforzamientos externos crónicos o agudos, conservando sus servicios y su funcionalidad.

Afonso de Almeida señaló que las comunidades costeras pueden ser afectadas por reforzamientos crónicos y agudos.

“Los crónicos pueden ser el cambio climático, que va aumentando la temperatura del mar, tenemos zonas más secas, zonas más húmedas, y poco a poco crece el nivel del mar también”, abundó.

En el caso de los impactos agudos pueden ser una tormenta, un huracán o un tsunami, entre otros fenómenos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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