Desconfianza, religión e ignorancia impiden donación de órganos

[vc_row][vc_column][vc_column_text]En México, la baja tasa de donación de órganos es consecuencia de la desconfianza, la religión y la falta de conocimiento, afirmó la investigadora del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad Veracruzana, María Luisa Marván Garduño.

Sin embargo, afortunadamente, Yucatán figura como la entidad con el más alto índice de colaboración, y destacó la necesidad de fortalecer la cultura de apoyo a personas que requieren de un órgano para vivir de manera adecuada.

Explicó que en 2017, España prevaleció como el país con mayor número de donadores, 47 por cada millón de habitantes donadores fallecidos, a nivel Latinoamérica, Uruguay ocupa el primer sitio, con 18.9, mientras que México es de apenas solo el 3.9.

En México, diversos son los factores que influyen en la baja tasa de donación, y entre las respuestas de los mexicanos que no desean donar sus órganos al morir está en las palabras corrupción y pecado.

“Sabemos que en este país hay niveles de corrupción impresionantes y que la desconfianza no es gratuita, pero me da mucha tristeza que esta desconfianza impacte incluso en temas como este, donde los procesos son transparentes y no existe evidencia de malos manejos”, acotó.

Marván Garduño afirmó que en segundo lugar se mencionó el tráfico de órganos, percepción arraigada entre los jóvenes, debido a que están más expuestos a las redes sociales, las cuales tienden a exagerar y reproducir actos violentos.

“El proceso de donación de órganos en las instituciones públicas es totalmente transparente, pero en el país no hay confianza en nada ni en nadie”, subrayó.

También destaca la falta de conocimiento acerca del proceso de donación de órganos, que en el caso de un grupo de adultos mayores de 65 años, consideran que sus órganos ya no son útiles, debido a su edad.

“Es falso, pues no existe un límite de edad para ser donador, los médicos son quienes determinan qué órganos conservan su función y son aptos para la donación”, abundó.

Resaltó también la religión, pues son muchas las personas que manifestaron que se trata de un pecado.

De acuerdo con el estudio, el 87 por ciento, se declaró católica o perteneciente a una religión basada en el cristianismo.

Sin embargo, la iglesia católica, desde 1997, a través de L’Osservatore Romano, tomó una postura a favor de la donación de órganos después de la muerte y la considera un acto de caridad.

Incluso, los adultos mayores clasificaron como razón para no donar que no sabrían a dónde irían a parar sus órganos.

“Es extraño, pero así lo expresaron: ‘No sé a dónde van a ir mis órganos’. Incluso había quien decía: ‘Si yo supiera quién va a ser el receptor de mi órgano, si fuera un familiar o un amigo, donaría; pero eso de que mi hígado o mi corazón acaben en el cuerpo de un desconocido no me gusta’”, añadió.

También mencionaron que, al morir, deseaban irse completos, incluso, sorprendió a los investigadores la postura de que no desean donar sus órganos debido a que “es doloroso”.

“Los científicos no saben si esta respuesta se refiere al dolor emocional que conlleva pensar en el evento de la propia muerte, o la creencia de que se puede experimentar dolor físico después de la muerte”, concluyó.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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