Consumo de endulzantes ‘ligth’, sin daños para la salud

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Los edulcorantes bajos en calorías o sin éstas, comúnmente conocidos como sustitutos de azúcar, son seguros y no provocan daños a la salud, aunque no son la panacea para disminuir el consumo de calorías y menos “bajar de peso”, afirmó el endocrinólogo yucateco Hugo Laviada, uno de los médicos mexicanos que participaron en un estudio internacional sobre el tema.

En entrevista con Notimex, el especialista comentó que lo recomendado es que una persona no debe consumir más del 10 por ciento de azúcares del total de calorías que se consumen al día, y que sin una dieta integral y ejercicio físico, este tipo de endulzantes no tienen efectos por sí mismos.

Durante un año de trabajo, los expertos de diversos países y de distintas especialidades como nutrición y dietética, endocrinología, salud pública, actividad física y del deporte, pediatría, enfermería, toxicología y legislación alimentaria, analizaron el papel de los edulcorantes en la alimentación.

Como resultado, emitieron un Consenso Iberoamericano que busca proporcionar información útil de evidencias científica para contribuir a la reducción del consumo de azúcares añadidos a partir de alimentos y bebidas, en línea con las recomendaciones propuestas por las autoridades internacionales de salud pública”.

Destacaron que los edulcorantes bajos en calorías o sin éstas aportan una baja cantidad o ninguna caloría en programas de control de peso, utilizados como sustitutos de sacarosa o azúcares simples, puede favorecer la reducción de ingesta global de energía y la pérdida de peso. En el caso de personas con diabetes, el uso de estos edulcorantes en sus programas de control, pueden contribuir a mejorar su manejo de la glucemia.

Al dar a conocer ese Consenso, Hugo Laviada, integrante de la Sociedad Mexicana de Endocrinología y Nutrición y coordinador del grupo en Nutrición y Metabolismo de la Universidad Marista de Mérida, Yucatán, mencionó que los edulcorantes bajos o sin calorías pueden ser un instrumento para una nutrición saludable, siempre y cuando estén acompañados de un plan integral de nutrición.

De la revisión que hicimos, informó, concluimos que los edulcorantes por si mismos no causan daños, pero tampoco por sí mismos dan beneficios para la salud”. Explicó que al consumirlos, las personas buscan reducir la ingesta de sacarosa, pero ese resultado se puede obtener con otras medidas “simples” como el eliminar los refrescos en la dieta y beber agua natural.

Recordó que los edulcorantes bajos en calorías o sin éstas son aditivos alimentarios que se utilizan de forma segura desde hace más de un siglo por consumidores de todo el mundo para mantener el sabor dulce de los alimentos, pero sin añadir la energía de los azúcares.

Hugo Laviada enfatizó que los edulcorantes son aditivos y no medicamentos, por lo que agregó que al no ser medicamentos no tienen un efecto terapéutico. “Su característica es que saben dulce y por eso son un sustituto”, comentó.

Indicó en ese sentido, que es necesario que la sociedad mexicana desarrolle una educación nutricional, es decir, “saber sujetarnos a una dieta balanceada. Por lo general, consideró, buscamos soluciones fáciles, y por eso recurrimos a medidas prácticas”.

Entre las conclusiones de este Consenso Iberoamericano, los expertos destacan la seguridad de los edulcorantes bajos en calorías o sin ellas, que ha sido minuciosamente revisada y aprobada, que conlleva la autorización de los mismos por organismos reguladores de salud de todo el mundo, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés).

En este trabajo participaron más de 60 expertos internacionales, y el doctor Laviada coordinó la mesa de obesidad. Incluye las conclusiones de una reunión de expertos celebrada en Lisboa en julio de 2017, organizada por la Fundación Española de Investigación Nutricional, en colaboración con la Universidad Lusófona de Lisboa y apoyada por 43 sociedades y fundaciones.

Los científicos participantes, sostuvieron que este Consenso pone de manifiesto la necesidad de facilitar al consumidor un acceso a información rigurosa y de calidad, transparente y fácil de entender por el público general.

Tommaso Bochicchio, profesor de Nefrología de la Facultad de Medicina de la Universidad La Salle y director de Nefrología del Instituto Mexicano de Trasplantes en Cuernavaca, Morelos, apuntó que “se necesita una formación continuada de los profesionales de la salud, ya que son una fuente de información de referencia tanto para la población en general como para los pacientes”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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