Meridanos tienen como mascotas 30 especies de aves silvestres

MÉRIDA, 16 de marzo de 2020.- En Mérida es arraigada la costumbre de tener aves silvestres como mascotas, a pesar de que muchas de ellas son especies protegidas, principalmente los loros, afirmó la especialista de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Linda Rosana González Herrera.

Expresó que de 2014 a 2017 efectuaron un estudio para conocer la costumbre que prevalece de tener como mascotas a la avifauna, por lo que se recorrió 34 colonias, fraccionamientos y unidades habitacionales de esta ciudad capital.

Se visitaron las viviendas correspondientes a 350 manzanas y se detectó la presencia de aves en el 65 por ciento de las casas.

Señaló que se contabilizaron 907 individuos, de 30 especies diferentes, de las cuales, 158 correspondieron a las seis especies de psitácidos, es decir, loros.

En torno a las aves exóticas, se registraron 866 individuos de siete especies, por lo que es notable el interés por la avifauna local, subrayó al participar en el Foro “Al rescate del loro yucateco”, con la ponencia “Loros como mascotas en Yucatán y el resto del país”.

Reconoció que la demanda va en constante crecimiento, pues “la oferta y la demanda van de la mano”.

Lamentó la extracción de aves silvestres de su hábitat natural para venderlas como mascotas, tal el caso de los azulejos, chinchibacales, cardenales, y las diversas especies de loros.

Tráfico ilegal

Por su parte, el biólogo Juan Carlos Cantú, destacó los beneficios obtenidos con la veda de psitácidos establecida en 2008, tal el caso de que el tráfico ilegal de pericos y guacamayas se redujo en 32.5 por ciento.

Aseveró que también se evitó la muerto de cerca de 157 mil psitácido, se duplicó la población de la guacamaya roja, y en la República Mexicana se fomentó la conservación, educación ambiental y el aprovechamiento de psitácidos en el país.

Destacó que el proceso de tráfico ilegal de pericos conlleva una mortandad del 77 por ciento de los pericos, antes de que lleguen a manos del consumidor.

“Mueren por lesiones, inadecuada cantidad (hacinamiento), la mala calidad del alimento, temperaturas excesivas, estrés, enfermedades, etcétera”, subrayó.

Enfatizó que la veda de 2008 permitió la cría de psitácidos en cautiverio, con fines de conservación, lo que permitió la reintroducción de estas aves en hábitat natural.

El primer proyecto fue en Palenque, con ejemplares de guacamaya roja, criadas en el Parque de Xcaret, en Quintana Roo.

Las guacamayas habían desaparecido del lugar hace 70 años, por el excesivo saqueo ilegal, y las 97 liberadas ya se han reproducido en libertad.

En el segundo proyecto con aves de Xcaret se benefició a la Reserva de la Biosfera de los Tuxtlas, Veracruz, donde la especie desapareció hace 50 años y se liberaron guacamayas.

Estos proyectos han duplicado el número de poblaciones silvestres de guacamaya roja en México y han aumentado en 30 por ciento los ejemplares, concluyó.

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