A 35 años del Highball IV, el mayor misterio de la navegación en Yucatán

Este viernes 10 de septiembre se cumplen 35 años de uno de los enigmas más grandes en la historia moderna de la navegación en Yucatán, con la extraña desaparición del yate “Highball IV”, en el que iban a bordo varios empresarios, profesionistas y directivos de clubes rotarios de Mérida de los que nunca más se volvió a saber.

Este hecho, del que se han escritos numerosas reseñas tanto en los días posteriores al suceso como años después, ocurrió el 10 de septiembre de 1986.

La mañana de ese día (miércoles) muy temprano los tripulantes salieron de pesca deportiva, y esperaban regresar a las 6 de la tarde, según dijeron.

En el barco iban a bordo Francisco Góngora Vela, Iván Miguel Rosado Núñez, Rafael Cervera Ortiz y su hijo Rafael Cervera Pérez, Miguel Angel García Fernández, Alonso Hernández Cámara, Miguel Portillo Contreras, Raúl Manuel Domínguez Avila y el capitán Ángel Pérez Espadas, quienes dijeron que se dirigían a un punto conocido como el “3-30”, que es un abundante banco de peces.

Al caer la tarde y ver que no regresaban, sus familiares comenzaron a preocuparse. La búsqueda comenzó al día siguiente y se extendió por varios días.

Intensa búsqueda

En esa labor participaron barcos de la Armada de México, así como avionetas y helicópteros de varias dependencias, como Pemex, y diversos yates particulares.

La búsqueda abarcó no solo el litoral yucateco sino que también se extendió a prácticamente todo el Golfo de México, incluso hasta Tamaulipas, pero no se encontraron ni siquiera rastros de la embarcación y tampoco de los tripulantes.

Por esos días amenazaba la tormenta tropical “Danielle”, y los tripulantes dijeron que estarían muy pendientes de eso pues no querían quedar atrapados por el mal tiempo.

Hipótesis de la desaparición

Sobre la extraña desaparición han surgido varias hipótesis, como aquella que dice que el naugrafio pudo deberse a una explosión en el cuarto de máquinas de la nave. Sin embargo, de haber ocurrido esto hubieran quedado rastros de la nave y hubieran aparecido los cadáveres de los tripulantes.

También se menciona que pudieron ser embestidos por una de tantas naves camaroneras extranjeras que se adentran, con las luces apagadas, en aguas territoriales mexicanas.

Incluso algunos dijeron que estas personas tenían problemas económicos o amorosos y optaron por dejar a sus familias e irse a vivir al extranjero.

Igual que uno de los pasajeros pudo haber tenido algún problema con los otros y tras una pelea, habría matado a los demás y huyó en el yate.

También se dijo que pudieron ser asaltados en alta mar por “piratas” o narcotraficantes colombianos, que los despojaron de la nave y los asesinaron. Incluso un testigo aseguró haber visto el “Highbal IV”, ya con otro nombre, fondeando frente al puerto de Barranquilla, en la costa caribeña de Colombia.

Otra versión que circuló fue que pudieron ser detenidos por fuerzas cubanas de naves espías y llevados a cárceles de la isla, incomunicados hasta la fecha.

También se mencionó que pudieron ser tragados por un remolino marino, que en raras ocasiones se producen, pero que hay antecedentes de que han ocurrido y se han llevado naves grandes hasta el fondo del océano.

Los desaparecidos

Francisco Góngora Vela, de 60 años, presidente entrante del Club Rotarios de Mérida. Su esposa era Hilda Ferráez, con la cual tuvo siete hijos. Vivía en la colonia México. Era distribuidor de Galletera Dondé.

Rafael Cervera Ortiz, de 46 años, propietario del “Highball IV”. Casado con Anette Pérez. Tuvo tres hijos. Vivía en la calle 38 No. 442 por 23 y 25 de la colonia Jesús Carranza. Era dueño de una refaccionaria automotriz ubicada en la calle 68.

Rafael Cervera Pérez, de 20 años, uno de los hijos de Cervera Ortiz. Era el más joven de los tripulantes.

Raúl Manuel Domínguez Avila, profesor de 38 años. Casado con Leticia Novelo Palma, con quien tuvo tres hijos. Era director de la Academia “Marden” y gerente de Sistema Radio Yucatán. Vivía en la colonia México Oriente. Fue presidente de los rotarios en el ciclo 1977-78.

Miguel Angel García Fernández, de 47 años, funcionario de la Junta Local de Caminos, dependiente de la SCT. Entonces presidente saliente del Club Rotarios. Casado con Gladys Domínguez, con la que tuvo dos hijos. Residía en el fraccionamiento Campestre.

Iván Miguel Rosado Núñez, ingeniero de 56 años, casado con Hilda Rivas, quien es hermana de Luis Rivas Aguilar, director de Organización Radio Yucatán (hoy Grupo Rivas). Tuvo cuatro hijos y vivía en el fraccionamiento Prado Norte. Fue presidente de Club Rotarios en el ciclo 1981-82.

Miguel Portillo Contreras, de 36 años, presidente del Club Rotarios de Mérida-Montejo. Su esposa fue Mercedes Alcocer, con la que tuvo tres hijos. Vivía en la colonia García Ginerés. Trabajaba en Seguros “La Provincial”.

Alonso Hernández Cámara, de 39 años, casado con Cecilia Castillo. Tuvo tres hijos. Tenía su residencia en la colonia Buenavista. Era propietario de la céntrica farmacia homeopática “Hernández”, en la calle 62 entre 63 y 65.

Angel Pérez Espadas, marino de 27 años, capitán del “Highball IV”, originario de Progreso. Casado con Rosario Cauich, con la que tuvo tres hijos.

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