Yaxunah, una comunidad milenaria

Para quienes se aficionan por el conocer y empaparse de cultura, deben saber que Yaxunah es un sitio imperdible, donde conocerás a detalle sobre la gran cultura Maya.

Recientemente, el equipo de Yucatán Ahora tuvo la oportunidad de conocer el parador turístico de Yaxunah, el cual se encuentra a 22 km de Pisté, en el Municipio de Yaxcabá, Yucatán. A dos horas de Mérida y 1 hora de Valladolid, y estas son nuestras impresiones.

Yaxunah, que en español sígnica “primera casa” o “la casa color verde” es una pequeña comunidad Maya Yucateca de poco más de 700 habitantes, perteneciente al municipio de Yaxcabá, a 25 minutos de la famosa ciudad Maya de Chichén Itzá, esta comunidad destaca por tener su propio sitio arqueológico que sin duda sorprenderá a más de uno, de hecho, según los locales la zona arqueológica de Yaxunah, en algún punto de la historia fue la ciudad Maya más importante, mucho antes de la gran Chichén Itzá, qué incluso, estaban conectadas con caminos de terracería que se extienden por kilómetros, por medio del cual las antiguas ciudades se comunicaban y comercializaban sus productos.

En el parador encontrarás lugar para hospedarte, un museo con piezas auténticas de las ruinas mayas de las que hablaremos más adelante, huertos orgánicos de donde sacan los ingredientes para el propio restaurante tradicional para 40 personas del mismo parador, donde el valor agregado se ve en el proceso de elaboración de los alimentos donde si tú quieres podrás formar parte de la elaboración, (recomendamos ampliamente conocer él proceso de elaboración de la cochinita pibil) y por supuesto el hermoso cenote “Lol-Ha”.

Dentro del parador turístico puedes realmente conectarte con el pasado viviendo los antiguos procesos de elaboración de los alimentos, el platillo que más destaca sin duda es la cochinita pibil. Nuestra amiga Olga, quien es socia y perteneciente a la cooperativa de Yaxunah, nos enseñó paso por paso el proceso de elaboración del famoso platillo, el cual es mucho más complejo de lo que aparenta.

Se trata de una mezcla de selectas especias y por supuesto su infaltable Achiote, que se muelen con un mortero auténtico, que según los locales fue encontrado dentro de las mismas ruinas, demostrando así el ingenio de los Mayas para la elaboración de sus alimentos.


Posteriormente se mezcla con poca agua hasta tener como resultado una pasta color rojo vivo, el color principalmente aportado por el achiote, para después impregnar la carne de cerdo con dicha pasta, seguido de el famoso método de cocción conocido como “PIB” el cual consiste en encender leña en un hoyo de unos 40 centímetros de profundidad, colocar la olla con la carne marinada, y enterrarlo, y taparlo con hojas que no tengan esencias amargas para no contaminar la comida (mayormente se utilizan las hojas del árbol de plátano) para después dejarlo cocinar unas 3 horas, aunque esto se puede alargar dependiendo la cantidad.

La comida es exquisita, realmente puedes sentir todo el proceso atrás de un plato de comida, con tortillas hechas a mano y una atención inigualable, sobretodo el saber que la comida fue preparada enfrente de ti, y que tu aportaste a su elaboración, es un sentimiento único, que permite valorar cada segundo invertido en su elaboración.

Durante la experiencia escucharás mucho acerca de la importancia del maíz, y es que no es por menos, el maíz significa mucho para toda la comunidad, ya que, gran parte de la alimentación gira entorno al mismo, es por ello que en el parador ofrecen la oportunidad de conocer las parcelas donde cosechan el maíz, ahí te explicarán acerca de las diferentes variaciones del maíz que producen en la comunidad y como aprovechan su uso, para hacer comida y bebidas, como diferentes variaciones de Atole y Pozol.

En el parador hay mucho por ver, y es de destacar que puedes rentar una bicicleta en el mismo lugar y recorrer todo el pueblo, que al no ser muy grande, lo podrás conocer todo en minutos, así como trasladarte a las ruinas mayas que están a 3 minutos en bicicleta del parador.

Se dice que el desarrollo de esta civilización date de el año 400 A.C. Esta civilización fue considerada por arqueólogos como la más importante de su época debido a su ubicación céntrica equidistante de las tres costas del la península y los que alguna vez fueron los centros políticos más importantes, este factor se demuestra con él gran Sac-be, o camino blanco, el cual es el más largo camino conocido del mundo Maya con más de 100 kilómetros de longitud, el cual conecta la ciudad Yaxunah, con Cobá.

En las ruinas podrás admirar un observatorio, una edificación que era utilizada como altar y recepción de ofrendas, el famoso juego de pelota, el cual no cuenta con su característico “Aro” ya que según los locales el aro de Chichén Itzá es el que alguna vez se utilizó en Yaxunah, y por supuesto también la gran pirámide principal, donde en ciertas épocas desde lo más alto de la pirámide puedes ver la cúspide del castillo de Chichén Itzá.

Sin duda alguna lo que más nos llamó la atención es su mágico cenote “Lol-Ha” (Flor de agua) el cual se encuentra en el mero corazón de la comunidad, se trata de un cenote abierto, de aguas cristalinas, donde es posible visualizar el fondo de su parte más baja de 8 metros, pero del otro lado de toparás con un gran fondo de más de 40 metros de profundidad.

Es una vista espectacular, tan solo viéndolo desde afuera, ahora imagínate nadando en el, bajando por una escalera de madera unos 15 metros hasta llegar al agua, nadar en sus refrescantes aguas después de una gran jornada de bicicleta y ecoturismo es inigualable.

El equipo de Yucatán Ahora se fue de Yaxunah con un gran sabor de boca, y con muchas ganas de contarle al mundo las maravillas que hay en la comunidad, no nos queda duda que es un destino que merece mucha más atención, y apreciación, estaremos agradecidos siempre con todos los que nos recibieron.

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