Verduras que llegan del centro de México, regadas con aguas negras

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Recientes estudios confirman que las hortalizas, frutas y verduras provenientes del centro del país mantienen un alto grado de contaminación orgánica, ya que las plantaciones son regadas con aguas negras, afirmó el presidente del Colegio de Ingenieros Químicos de Yucatán (CIQY), Alan García Lira.

Resaltó que desafortunadamente en el Estado no hay un certificado para determinar que este tipo de comestibles estén limpios, tanto por el volumen como por la diversidad de productos que a diario ingresan al Estado.

Ante la falta de control de la sanidad de las frutas y verduras, lo más recomendable es que en cada hogar se tenga el cuidado diario de lavarlas y desinfectarlas con agua coloidal, ya que de esta manera se evitaría numerosos problemas de salud, entre ellas las enfermedades gastrointestinales.

Expresó que la escasez de agua fresca provoca que muchos de los cultivos sean regados con aguas residuales, lo que provoca problemas de toxicidad en las personas así como problemas diarréicos.

Desafortunadamente, en esta región del país no existen plantas de tratamientos de aguas residuales, por lo que también se genera un problema en el medio ambiente, pues en los estudios efectuados se han detectado coliformes fecales en el suelo, las plantas y en los comestibles.

En un estudio efectuado en Nuevo León, los resultados del coprodiagnóstico, evaluación de heces fecales, se identificó nueve especies de parásitos intestinales. Siendo el más común la Giardia lamblia, que provoca la giardiasis.

“Es alta la asociación de las aguas residuales para el riesgo agrícola y prevalencia de enfermedades gastrointestinales”, subrayó el especialista.

Mientras que en un estudio del Centro de México se observó que es mayor el riesgo de infección por áscaris lumbricoides en la población infantil, incluso, los niños de las familias altamente expuestas también mostraron mayor prevalencia de enfermedades diarreicas.

La investigación tuvo como objetivo evaluar el impacto de esta práctica en las enfermedades diarreicas e infecciones intestinales, de ahí la importancia de establecer medidas más severas en los programas de reuso del agua residual.

Es decir, se requiere invertir en plantas de tratamientos de aguas negras para así disminuir los problemas de salud que genera, tanto para los propios agricultores como a sus familias, así como a los consumidores de las hortalizas, frutas y verduras.

Al hablar sobre el problema de Yucatán, comentó que el fecalismo al aire libre contamina el manto freático, y las personas que aún consumen agua de pozo están más expuestas a padecer infecciones gastrointestinales, tal el caso de la giardiasis.

Incluso, en lo que va del año, la patología, en el Estado ya se confirmó en 292 personas, con un aumento del 7.7 por ciento con respecto al mismo período de 2018, cuando la suma fue de 271.

Incluso, se ubica entre las seis entidades federativas con mayor incidencia, con el 5.6 por ciento del total nacional, superando considerablemente Quintana Roo, donde ya se detectó 123 casos, el 2.3 por ciento, y más en Campeche, con 87, el 1.7 porcentual.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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