13 de diciembre 2024

Una hija ejemplar: cuida a su papá con Covid, se contagia y juntos siguen adelante

YUCATÁN.- Don Carlos Moreno Cruz y su hija Astrid, son originarios de la localidad de Santa Elena, Yucatán.

Don Carlos, es un paciente que se está recuperando de Covid. Su padecimiento comenzó hace poco más de un mes; el primer síntoma (tos leve) lo tuvo la noche del 27 de julio, pero al consultar le diagnosticaron faringitis y le dieron tratamiento con antibiótico y reposo por 3 días, posterior a los cuales regresó a su trabajo en una empacadora de Progreso.

Ese día, en su trabajo, se puso muy mal y la empresa lo envío a su casa de nuevo; al llegar, su hija, y que en la actualidad es pasante de la licenciatura de enfermería en el Centro de Salud de Santa Elena, le checa su oxigenación y ve que su papá tiene 77%.

Sin perder tiempo consigue un concentrador de oxígeno, con lo cual su papá eleva su oxigenación a 87%. De allí comienza a movilizarse para buscar ayuda médica pero no encuentra forma de ingresarlo a un hospital (y también tenían miedo de hacerlo).

Llama a una médica de Merida por teléfono (la dra. Alma Rosa Dzul Rosado), la cual acepta darle consulta vía video llamada e inicia su tratamiento de la neumonía que ya presentaba Don Carlos; de todo esto ha pasado más de un mes, en donde he sido testigo de la dedicación que Astrid ha tenido con su papá, siguiendo todas las indicaciones médicas que la dra Alma Rosa le ha dado: nebulizaciones, vaporizaciones, sus medicamentos con horario, lo ha “criado” cuando su papá no podía alimentarse por si mismo, lo ha movilizado en cama para ponerlo en la posición adecuada para mejorar su oxigenación, etc.

Y todo esto fue porque también Astrid resultó positiva a COVID, pero para ella fue una bendición porque pudo quedarse con su papá durante su aislamiento.

El día de ayer 2 de septiembre, la electricidad se fue desde las 2 de la tarde en Santa Elena, de allí pidió ayuda a una maestra de nombre Rubicely, porque su papá todavía depende de oxígeno, ya que tuvo neumonía grave, aunque por pequeños periodos se le retira, pero aún le baja la oxigenación.

Astrid ya está de vuelta en el trabajo y toda angustiada pide permiso para ir a ver a su papá, le llama a la maestra quien le sugiere llevarlo a Ticul, quizá al centro de salud o la comandancia de policía y pedir el favor para que puedan conectar el concentrador de oxígeno, ya que la maestra no se encontraba en casa.

La maestra se comunica con ellos a las 6 de la tarde y le dicen que siguen allí, en los bajos del palacio municipal, 4 horas allí (incluso le compró un banco de plástico a su papá para que se sentara).

La maestra los recibe en su casa, un poco más cómodos y esperando que regrese la energía eléctrica en Santa Elena. Hasta ayer no había regresado y la maestra no tuvo mayor problema con que pernocten ahí.

Hoy jueves 3 de septiembre, Don Carlos está bien, se ve fuerte, va en franca mejoría y para esto ha sido clave el tratamiento médico, el apego al mismo de parte de Astrid y sobre todos el amor de su familia, especialmente de su hija, ya a un peldaño de ser toda una licenciada en enfermería.

Una hija ejemplar.

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