Un PRI más institucional que revolucionario

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Radar Político/Columna

A diferencia de 2001, cuando por primera vez perdió la gubernatura, en esta ocasión al PRI de Yucatán le ha tomado menos tiempos comenzar a poner en orden la casa, y esto quedó en evidencia en el acto celebrado este domingo para la toma de posesión de su Consejo Político.

Fue un evento austero, más institucional que revolucionario, pero con mensajes destacables.

En primer lugar está el método de consulta a las bases para elegir a la nueva presidencia estatal, que si bien puede considerarse un triunfo de la ex gobernadora Ivonne Ortega Pacheco, pues ha sido una de sus banderas incluso antes del proceso electoral, la oportunidad de tener una dirigencia equilibrada será de beneficio para todos los priistas.

La composición del Consejo Político permite entrever que los rolandistas tendrán mínimo control en la elección de quien conducirá al PRI en los próximos años.

Se destaca también la pulcritud política del acto, sin primeros priistas ni priistas de segunda o tercera. Todos fueron iguales, incluso el maestro de ceremonias no mencionó a los ex gobernadores, ni siquiera al recién concluido Rolando Zapata, quien hizo su primera aparición pública desde que concluyó su administración.

Si bien ya había circulado un video que se difundió la semana pasada, es la primera vez que aparece en persona desde la noche del 30 de septiembre que salió del Palacio de Gobierno.

Hasta las cabezas de grupo se condujeron con austeridad republicana. Ninguno llevó “acarreados”, cada quien llegó acompañado de los consejeros que le corresponden.

Zapata Bello llegó acompañado de unas 40 personas y otros 20 del grupo del perdedor, Mauricio Sahuí; Jorge Carlos Ramírez de un grupo más numeroso, lo mismo que la ex gobernadora Ivonne Ortega.

Quienes llegaron solos fueron los ex gobernadores Dulce María Sauri Riancho y Federico Granja Ricalde.

En el “aplausómetro” le tocó a cada quien lo que le corresponde, nada más.

Mensaje directo

En su discurso, la presidenta nacional, Claudia Ruiz Massieu, expresó que no se opone a que haya denuncias contra ex funcionarios priistas, pero pidió que si hay alguna acusación de por medio ésta se sustente con pruebas, de lo contrario será el PRI el que demandará por difamación.

La dirigente llegó acompañada solo del presidente local, no se invitó a ningún “priista distinguido”, como se hacía hasta hace unos meses, cuando los líderes nacionales del PRI se permitían invitar en el séquito a los gobernadores en turno.

No se arropó a ningún grupo, no hubo presencia masiva de las bases, la Casa del Pueblo no estuvo abarrotada como en los tiempo de triunfalismo, llegaron los que tenían que tomar posesión y ya.

Entre los ausentes estuvo el ex diputado federal Pablo Gamboa, integrante del bloque compacto.

Zapata Bello se sentó junto a Dulce María Sauri, y frente a ellos el senador Jorge Carlos Ramírez Marín, todos ellos en la primera fila. Fue la única distinción que se tuvo con ellos.

Y así transcurrió el primer acto político del PRI tras dejar el poder… más institucional que revolucionario.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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