¿Un cómico represor o un estadista en la presidencia de la República?

Por: Aleida Ramírez Huerta, responsable estatal del Movimiento Antorchista de Yucatán

“El hábito no hace al monje”, reza un refrán popular, es decir, no bastan las apariencias o los títulos, sino que tiene que haber una coherencia genuina en la conducta, hábitos y costumbres que lo demuestren. Digo esto, a propósito de los desafortunados comentarios vertidos por el Lic. Andrés Manuel López Obrador, presidente de los Estados Unidos Mexicanos, en la “mañanera” del 19 de noviembre del año en curso, al contestar de manera burlona y grotesca -emulando al actor, Héctor Suárez-, “no hay, no hay, no hay”, a las peticiones legítimas y justas de millones de mexicanos muy pobres, representados en varios miles de ciudadanos que se encuentran plantados en los alrededores de la Cámara de Diputados, que lo único que solicitan es que sus obras, servicios y apoyos al campo, sean contemplados para realizarse en el PEF 2020.

¿Qué le parece tan digno de comedia al presidente, acaso, el hambre y el sufrimiento de la gente que tiene que pernoctar en el plantón? ¿No sería más digno de su investidura, cumplir con su palabra y compromiso de “primero los pobres”, en lugar de hacer una farsa de esto? Parece que al presidente le da lo mismo decir una cosa y hacer otra con tal de salirse con la suya; es decir, hacer del presupuesto federal un patrimonio propio y de su partido.

No es propio de un estadista mofarse de las necesidades de la gente humilde que carece de agua potable, luz, drenaje, pavimentos, clínicas, apoyos para el campo, etc., los mexicanos necesitamos de un gobernante que no haga chistes de nuestros problemas; por el contrario, necesitamos que éste resuelva las necesidades, tal y como prometió en campaña y que repite sin ton ni son en cada plaza en donde se presenta a promocionar sus programas de gobierno.

Los tiempos que vivimos en el país no son de paz y felicidad, la gente no está “feliz, feliz, feliz” y menos vamos “bien, requetebién”; el presidente de la república no debiera olvidarse de esto; más bien, debe atender las peticiones de este respetable grupo de mexicanos organizados, que piden OBRAS, no “moches” como él tanto imputa a todo lo que huele a organización de la gente pobre; todo el que acusa está obligado a probar y él, pese a su investidura o precisamente por eso, está obligado a hacerlo; en tanto, debe a respetar los derechos constitucionales de todos los mexicanos sin excepción, debe dejar de calumniar, de burlarse y de atacar mediáticamente desde la máxima tribuna del país, un día sí y otro también a ciudadanos inermes cuyo único delito es denunciar los atropellos de que son objeto al negarles la solución a sus demandas más elementales.

Si continúa la infamia, la burla, los ataques mediáticos y el ilegal abuso de poder, estamos seguros de que no tardará en materializarse la represión en contra de ciudadanos inermes que solamente hacen uso de su derecho de organización, petición y manifestación. El presidente, que se ostenta como “defensor” de la democracia se está evidenciando como un represor.

Todas las organizaciones que se encuentran en plantón han reiterado en todo momento y por distintos medios, que no quieren “moches” ni la asignación de un paquete presupuestal que se ejerza discrecionalmente, quieren obras, servicios y apoyos para la producción en pueblos y colonias pobres en todos los estados del país. Todo ello operado y administrado por el gobierno federal. ¿En qué reside lo cómico y corrupto del planteamiento?

Por nuestra parte, los antorchistas, exigimos que una relación de 1,567 obras básicas, con un monto estimado de alrededor de 3,800 millones de pesos, cantidad sumamente pequeña considerando que el presupuesto federal es de 6,1 billones de pesos, sean incluidas en el PEF 2020. Pedimos obras no “moches”, pues como millones de mexicanos pobres estamos faltos de servicios básicos, y eso ya es responsabilidad del gobierno actual y de Morena.

Ante estas justas demandas, el gobierno federal, los diputados de Morena y sus aliados, por todos los medios a su alcance -que son muchos- han generado un clima de desinformación propicio para descalificarlas y construyen un ambiente mediático adecuado para reprimir a todos los manifestantes. Ya salió la iniciativa privada en persona de Carlos Salazar Lomelín del CCE y los defensores de la 4T a descalificar la legitimidad de nuestras acciones, apoyando a los diputados de Morena y afirmando que “es buena señal que la cámara de diputados no haya cedido a las organizaciones campesinas para que sean entregados más recursos para el campo”. Nada más burdo.

Hoy en lugar de escuchar el clamor popular se hace uso de la fuerza pública para cercar a los manifestantes en el recinto parlamentario e imponer un presupuesto destinado a comprar la voluntad popular de millones de mexicanos mediante la entrega de dinero a través de tarjetas; se burlan e ignoran las justas peticiones de gente muy pobre y marginada, confirmándose que el país continuará su estancamiento y vivirá sometido a la decisión unipersonal de quien hace mofa de la necesidad de la gente, que la reprime cuando difiere de sus intereses, provocando que se destruya más el tejido social, la tensión se eleve; por tanto, que no se llame a sorprendido que el día de mañana ni los chistes de mal gusto salvarán al jefe del ejecutivo. Andrés Manuel López Obrador, debiera comportarse como un verdadero estadista y dejar el ser el cómico represor que sigue generando atraso económico, poniéndole como ingrediente principal las limosnas entregadas mediante sus programas de transferencia monetaria.

Los mexicanos no queremos represión ni burlas presidenciales, ni de Morena; exigimos solución y respeto a nuestros derechos constitucionales, el jefe del ejecutivo federal y su comparsa legislativa, deben saber que aún cuando consumen su atraco presupuestario, los antorchistas no los dejaremos en paz, acudiremos a las dependencias encargadas de resolver nuestras demandas, las veces que sean necesarias. Le diremos a todos los mexicanos que el discurso de Morena es una farsa y que la verdadera alternativa se levanta ya ante sus ojos, el Movimiento Antorchista Nacional. Que no lo dude, el presidente y su comparsa.

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