Umán, a merced del olor y el humo de su tiradero a cielo abierto

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Ubicado a 18 kilómetros de Mérida, dentro de la zona metropolitana, Umán es un municipio que huele a humo y basura, debido a que no cuenta con un adecuado sistema de disposición final de basura.

De hecho, es como si Umán se hubiera detenido en el siglo XX, pues aunque es uno de los municipios más poblados de Yucatán toda la basura que generan sus casi 50 mil habitantes va a parar a un tiradero a cielo abierto, el cual desde hace una semana arde por quemas que se realizan cada determinado tiempo para reducir los desperdicios.

Debido a quejas que recibimos de vecinos, Yucatán Ahora visitó el basurero, ubicado en la salida del municipio, a un costado de la carretera a Samahil, y pudimos constatar que, efectivamente, se hacía la quema de basura.

Y aunque se difunde la versión de que el incendio fue accidental, vecinos que viven en fraccionamientos cercanos al basurero aseguran que la quema de basura es constante.

Toneladas de basura encendida y humeante que, literalmente, apesta es el panorama que ven quienes circulan en la carretera Umán-Samahil. Sobre la ruta también se observan cantidades importantes de basura y en las instalaciones no hay máquinas ni procesadoras que se ocupen de tratar todo lo que se tira a diario.

El norte que afecta la región representa un alivio para los vecinos, pues se lleva el humo y la pestilencia hacia zonas deshabitadas. Habitualmente el viento llega desde el oriente y lleva el humo y el mal olor hacia los fraccionamientos cercanos e incluso a zonas más alejadas, como Ciudad Caucel.

En la cabecera de Umán también se siente un extraño, como a alimento de animales procesado, pero descompuesto.

“La recolectan acá para tirarla allá”

En el fraccionamiento Villas La Vía, el más cercano al tiradero al aire libre, la gente se queja del humo, pero sobre todo de la pestilencia, que atribuyen al basurero y a un lugar que conocen como la “huesera”, que es un lugar donde hacen procesan animales para convertirlos en alimento balanceado.

“El olor a podrido y el ‘apeste’ es constante y desde hace días tenemos que soportar también el humo porque no paran de prender fuego a la basura”, comenta, cansada.

María relata que una vez por semana (viernes o sábado) recolectores de basura del Ayuntamiento de Umán –encabezado por Freddy Ruz Guzmán- pasan a buscar la basura y deben pagarles $5 cada vez que se la llevan. “Sin embargo, la recolectan de acá para tirarla allá, eso es todo lo que hacen”, remarca la vecina.

La dueña de una tienda del fraccionamiento cuenta que en estos días el humo de la quema de basura es tal que el sábado pasado ocurrieron dos accidentes por la falta de visibilidad.

“¿Si apesta? Claro que apesta, aunque el olor más fuerte es el de la ‘huesera’. Acá el problema es el humo, que afecta sobre todo a los niños en sus vías respiratorias”, puntualiza la vecina y agrega que, a pesar de las quejas que hicieron al Ayuntamiento, sólo les dan largas y no resuelven nada.

A poca distancia del fraccionamiento Villas La Vía, hay otro más antiguo de nombre “Las Perlas”. Allí el conductor de un mototaxi señala que ya están hartos del humo del basurero y que el olor es insoportable, sobre todo el de la “huesera”.

Por la cantidad de basura que genera el municipio urge una planta de procesamiento. Por el momento no hay respuesta de las autoridades municipales y estatales al respecto. Y el olor y el humo no se van.

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