Tenebrosos estrategas frente al tablero

[vc_row][vc_column][vc_column_text]En tiempos de finados, en varias entidades del país hubo convocatorias de torneos de ajedrez con nombres en los que se hace alusión a la muerte, a la que en México no se le teme como en otros lugares.

En uno de esos sitios confluyeron personajes tenebrosos para actuar como estrategas de los ejércitos blanco y negro. Se trata del club “Baxal Tuukul”, que convocó a jugar unas retas de la milenaria disciplina en Ticul.

Organizada por Gonzalo Marín Gómez, “El Tigre”, el mayor impulsor del juego ciencia en Yucatán, sobre todo en el Cono Sur, a la peculiar cita la primera en presentarse fue la “Mano peluda”. Esta hizo la simbólica jugada inaugural frente a la Calaca flaca, cuya esbeltez contrastó, como el blanco y el negro de la palestra cuadriculada, con sus robustos ataques por diagonales, filas y columnas.

Cráneo hueco, quien llegó algo atrasado, cuando ya el padre Cronos apremiaba por conducto de un reloj digital, no pareció estar desprovisto de sesos, pues sus agudas combinaciones, ornamentadas con atrevidos lances tácticos, se antojaban bastante cerebrales.

Congruentes con su apelativo, las calaveritas traviesas generaron alboroto y medio tanto dentro como fuera de la liza bicolor y a cada jaque que les daban a sus adversarios soltaban risitas burlonas que confundían a quienes no lograban concentrarse.

“El Tigre” Marín reportó que no hubo un campeón oficial, pues se convocó sólo para “cascaritas” amistosas.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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