Técnica maya ayudará a aprovechar mejor la energía renovable

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Científicos de la Península de Yucatán utilizarán la técnica maya precolombina para la elaboración de colorantes artificiales para el mejor aprovechamiento de la energía renovable, ya que ésta permitiría el almacenamiento seguro de hidrógeno.

El especialista de la Unidad Mérida del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), Romeo de Coss Gómez, destacó que en Yucatán aún se aprovechan los minerales para realizar artesanía, sin imaginar que estos garantizarían un mejor manejo del primer elemento de la tabla periódica.

Para ello, científicos de la Península de Yucatán trabajan con el material utilizado desde hace más de dos mil años, para la generación del denominado color azul maya, ahora se empieza a trabajar con la misma técnica para la creación de esponjas susceptibles para la absorción del hidrógeno.

Aclaró que “desde el punto de vista de la física de los materiales, uno de los legados más importantes en la Península de Yucatán es el azul maya, un pigmento desarrollado ampliamente por la civilización que se desarrolló en esta región”, acotó.

Agregó que dicho producto fue utilizado por diversas culturas mesoamericanas para la decoración de cerámica, textiles y la pintura de murales.

Detalló que los componentes principales del pigmento son el índigo (planta de la región) y la paligorskita (mineral pétreo), el cual es altamente duradero y capaz de soportar las inclemencias de la naturaleza, y por ende, está en buenas condiciones en las pinturas mural del área maya.

“Luego de más de dos mil años, su existencia continúa llamando la atención de la ciencia a nivel mundial, ya que se trata de un compuesto híbrido, es decir, formado por la incorporación de moléculas orgánicas en matrices inorgánicas, lo que lo dota de características importantes, como resistencia a la abrasión (quitar por medio de la fricción), a la luz y a altas temperaturas, entre otras”, subrayó.

Remarcó que son materiales que están en la investigación de frontera, y hasta el momento se detectó que los poros por donde se introdujo la molécula del índigo son de escala nanométrica”.

“Más impresionante aún es cuando nos damos cuenta que la paligorskita, polvo blanco que hay en Ticul, tiene esos canales nanoporosos”, abundó.

Ante tales características se optó por trabajar con hidrógeno, y a poco más de un año del inicio de un trabajo conjunto, hay un buen avance.

De Coss Gómez comentó que a partir de muestras proporcionadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) – Yucatán, se estudian diferentes aspectos del azul maya, a través de diversas técnicas científicas como el espectro de absorción de rayos X y el espectro vibracional en el infrarrojo.

Entre otras cosas, para poder diferenciarlo de otros materiales, tal como el azul ultramarino que en ocasiones se confunde con el azul maya.

Recordó que contactó a Gabriel Canto Santana, adscrito a la Universidad Autónoma de Campeche, quien trabaja el estudio del enlace químico de la molécula orgánica del índigo en el interior de los poros de la paligorskita

Luego de establecer un vínculo, inició el estudio sobre el enlace químico de la molécula de hidrógeno en el interior de los poros de la paligorskita, con el propósito de evaluar la posibilidad de introducir moléculas de hidrógeno para su almacenamiento.

“La hipótesis que se desarrolla es que esta arcilla nanoporosa, la paligorskita, podría utilizarse como una esponja para almacenar hidrógeno para el uso de energías renovables en el futuro”, agregó.

Comentó que Ticul es fuente actual de paligorskita para su uso en alfarería, donde muelen el mineral y lo mezclan con otras arcillas para elaborar diversos objetos decorativos.

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