Son los ex de viejos amores, pero se niegan a ser ex padres y ex madres

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Tienen varias cosas en común, algunas felices y otras no tanto.

Los cuatro fueron papás, vivieron la alegría de traer un hijo al mundo para amarlo y cuidarlo. Sin embargo, las circunstancias de la vida los lleva ahora a transitar por terrenos escabrosos en los que ya no pueden ver a esos pequeños y depende de la prontitud de la justicia para que eso ocurra.

Son cuatro casos de padres que padecen alienación parental (cuando los padres se separan y uno de ellos propicia comentarios y situaciones que hacen que el niño le tome rencor al otro) y estos papás llevan las de perder: no pueden estar con sus hijos.

Afirman al unísono que la justicia expedita no existe en Yucatán, que un oficio debe salir en 15 o 20 días y pasan hasta años sin que se resuelva nada. Coinciden también en que la labor de Marcos Celis Quintal, magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia de Yucatán, es ineficiente y en los cuatro casos ya llevan hasta dos años sin ver a sus hijos.

Y mientras los expedientes duermen en los cajones de los juzgados, las medidas provisionales (como el régimen de visita) no se ejecutan.

Reunidos en la Asociación “Lazos Protectores por los Derechos de los Menores”, tres papás y una mamá cuentan sus historias lejos de sus niños y a la espera de que la justicia llegue y no quede en promesas, como aseguran que se sintieron tratados siempre por el magistrado Celis.

“La gestión de Marcos Celis fue ineficiente. Siempre nos recibió, nos escuchó, se comprometió pero nunca hizo nada y hay casos que llevan años sin respuesta. Esperamos con ansias el cambio de gobierno y que se vaya de una vez este magistrado”, remarcó Juan Carlos Atrizco, director de la asociación que apoya a los papás.

Una madre sin sus hijos

Carolina Guzmán es mamá de dos niños de cinco y siete años. Se separó de su esposo hace cinco años y él se fue a vivir a Ciudad del Carmen, Campeche. “Siempre se llevó a los niños de vacaciones sin problemas pero cuando le pedí que pagara la pensión alimenticia se enojó y en unas vacaciones se los llevó para siempre. Hace más de un año que no los veo”, relata, afligida.

Carolina se encuentra ahora en medio de dos sistemas de justicia: el de Yucatán y el de Campeche y ninguno de los dos procede. “El 1 de marzo me dieron la custodia provisional pero el señor no los quiere devolver. La jueza familiar exige que los devuelva pero, como es en otro estado, Yucatán no puede ejercer su derecho allá y en Ciudad del Carmen no proceden. No puedo hablar por teléfono con los niños, no puedo tener contacto siquiera con ellos. Quiero que me regresen a mis hijos, quiero justicia para ellos, para que estén con su madre”, concluye.

Una discusión cambió todo

Roberto Mayorga tenía un convenio de convivencia compartida con su ex por la hija de 12 años que tienen juntos. En febrero de 2017 y luego de una discusión con su ex esposa, ella se llevó a la niña a la Ciudad de México.

“Después de un año, nos pusimos de acuerdo y me permite viajar a México para ver a mi hija, pero sólo puedo hacerlo unos días y tampoco me deja traerla de vacaciones aquí porque teme que no se la devuelva. Estoy tratando de que la jueza haga que el convenio de convivencia se respete.  También estoy en juicio por alienación parental, pero como la niña no está en Mérida, me piden que haga el trámite en CDMX. Estoy con los brazos cruzados y ningún juez cumple con el convenio pactado”, relata, con tristeza. La última vez que vio a su hija fue en julio pasado, cuando viajó a CDMX para su cumpleaños. Roberto paga la pensión alimenticia.

Convenio que no se cumple

Mauro Orozco se separó de su esposa en marzo de 2017 y ella se quedó con la hija de casi seis años que tienen juntos. Además de pasarle la pensión cada mes, firmaron un convenio para que Mauro pudiera ver a la niña los fines de semana.

“Primero no me permitía verla hasta que el juez no validara el convenio y, cuando iban a hacerlo, se arrepintió y pidió la guardia y custodia de mi hija. Cuando me notificaron, la dirección dónde fueron no era la correcta y entré en desacato y aunque presenté pruebas de que no era la calle correcta, no quieren revocar el desacato”, señala Mauro.

Además, relata que su ex le levantó falsas acusaciones y pidió una restricción para que ni él ni su familia se acerquen a la nena.

“En enero pasado presenté una demanda para solicitar la guardia y custodia de mi hija y compruebo que no está bien atendida. No la veo desde diciembre del año pasado, cuando me permitió verla por última vez una hora en un parque. Pido que, hasta que se resuelva esto, dicten las medidas provisionales para que me den un régimen de visitas para convivir con mi nené”, pide, desesperado.

Una larga espera

Saúl Cetina Lope se separó de su esposa con quien tuvo una nena de siete años y hace más de dos años que no la ve. “A pesar de que en 2016 se me otorgaron visitas supervisadas en Secofay, a la señora no le importó y acumuló más de 40 faltas”.

“Después de tanto dar vueltas en el juzgado, se dio el cambio de custodia provisional a mi favor, pero ella no entrega a la niña y al juzgado no le importa esto y tampoco la justicia le aplica ninguna sanción por sus faltas”, explica Saúl.

Ahora espera que, en un par de días, se lleve al cabo la audiencia para que el juzgado determine qué pasará con la custodia provisional… Después de más de dos años de espera.- CGO.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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