Siglos antes de la cancha y el domo en Sisal

[vc_row][vc_column][vc_column_text]DICEN POR AHÍ…/Columna

Por: Mtra: Alejandra Sotomayor Sandoval

Hace unas semanas se inauguró en Sisal el domo metálico de la cancha de futbol, ubicada en el centro de la población a un costado del fuerte y el faro. Día antes de este evento, cuando las obras ya habían finalizado, el INAH clausuró la “construcción” argumentando que se alteraba la vista del fuerte de Santiago, mismo que se resiste a desaparecer.

El fuerte y la desaparecida fortaleza de San Benito en Mérida, fueron parte de las 12 fortificaciones que se construyeron en la Nueva España para defender el territorio de invasiones o ataques piratas, con el menor número de tropas, mediante diversos obstáculos colocados estratégicamente,  los cuales podían ser permanentes o perecederos. En México se conservan: La fortaleza de San Carlos de Perote, el Fuerte de Santiago y el Castillo de San Juan de Ulúa en Veracruz; El fortín de Álvarez y el fuerte de San Diego en Acapulco; el fuerte de Loreto y Guadalupe desde donde Zaragoza repelió a los franceses en la heroica Batalla de Puebla; el fuerte del Sombrero en Jalisco; el fuerte de San Miguel y el fuerte de Champotón en Campeche y finalmente el fuerte de San Felipe Bacalar en Quintana Roo.

En cuanto a nuestro olvidado fuerte de Santiago sabemos que se construyó en el antiguo puerto de Santa María Sisal, iniciándose con la construcción de la vigía de Sisal cerca de 1571, cuando se mandaron fortificar todos los puertos de las colonias españolas por temor a invasiones por parte de Inglaterra.  Posterior al ataque pirata de 1596, que llegó hasta Hunucmá, se envió al maestro mayor de la catedral Juan Miguel Agüero para construir atalayas de madera y guardacostas, armar a los grupos milicianos y trazar el plano de lo que sería el reducto de San Antón.  El cual se describe en 1722 como un fuerte que se localizaba junto a una garita de madera y con una seguridad de cuarenta o cincuenta milicianos,  de forma cuadrada e irregular en los ángulos; con un baluarte  y por el frente que da a tierra otro medio baluarte. Por el otro ángulo, se ve la planta cuadrada que semeja una torre o caballero y tiene dos puertas de entrada,  con capacidad para 10 cañones, cuyo costo fue de 1,858 pesos y seis reales.

Don Cristóbal de Zayas mandó reedificar el surgidero  o reducto, pero es hasta 1778 con base a los planos de Rafael Llobet, que se lleva a cabo, conservando la planta cuadrada, “siendo un castillo de muralla bien fabricada con elevaciones de 10 a 12 varas con una puerta muy chica por la parte sur colocada a 5 varas de elevación con una escalera postiza de madera para su estrada.”

Su armamento consistía en cuatro cañones  de bronce de calibre 12, montados en el frente que da al mar, otro en el suroeste y otro en el oriente;  estos dos de fierro y calibre 4, mientras que en el interior tiene dos almacenes pequeños con municiones, granadas de mano cargadas, un depósito de pólvora y varios fusiles. Además de una batería estacada de arena y ramas con cuatro cañones de calibre 24 y dos cañones más de fierro calibre cuatro, que pueden andar por la costa.

Fuentes:

Gorbea Trueba, José, La arquitectura militar en la Nueva España, p.1 consultado en www.ejournal.unam.mx/ehn/ehn02/EHN00211.pdf [27 de febrero 2018].

Victoria, De la defensa, p.33-34.

Rubio, Movimiento, p.27

Victoria, Piratería, p.79

Baluarte: Cuerpo de fábrica que en las plazas regulares se coloca en los ángulos para defender los muros, con sus lados forma tres ángulos salientes, con las cortinas y los dos lados con que se une a ellas, dos entrantes. En las plazas irregulares se colocan también los baluartes en la cortina a distancias proporcionadas, cuando los de los ángulos no pueden defender todo el largo de la cortina. Diccionario de autoridades, 127, 3. Consultado en http://ntlle.rae.es/ntlle/SrvltGUIMenuNtlle?cmd=Lema&sec=1.0.0.0.0. El 19 de junio de 2017.

Victoria, Piratería, p.80

Peraza, “La defensa”, p.97.

Surgidero: Sitio o paraje donde dan fondo las naves. Diccionario de autoridades, p.782, 3. Consultado en http://ntlle.rae.es/ntlle/SrvltGUIMenuNtlle?cmd=Lema&sec=1.0.0.0.0. El 19 de junio 2017.

Peraza, “La defensa”, p.98.

Victoria, Piratería, p.80

Sobre la autora:

Alejandra Sotomayor Sandoval es licenciada en Etnohistoria, Maestría en Historia y Etnohistoria y Doctorante en Historia[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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