Haber logrado concluir la carrera de médico cirujano tal vez fue lo menos complicado que Edgar Martín Contreras Cauich tuvo que hacer en su vida, ya que el camino que tuvo que recorrer para lograr su objetivo tuvo varias aristas.
Tal y como informó Yucatán Ahora hace unos días, este joven, oriundo de la comisaría de Kancab, en Tekax, obtuvo una beca del 100% en la Universidad Anáhuac Mayab para cursar sus estudios superiores, logrando finalizarlos y convertirse en un orgullo para su familia y su comunidad.
Y es que para Egdar, la posibilidad de cursar una carrera le vino a la mente tras completar su educación media superior, a través del telebachillerato, pues todo parecía indicar que su vida serían las labores del campo o migrar a Estados Unidos.
“Fui jornalero con mi padre. Un tiempo me dediqué a trabajar el campo pero yo sentía que podía dar más. Ganaba unos centavos pero preferí buscar completar mis estudios”, explicó.
Refirió que una beca de “Impulso Universitario” para cursar enfermería, le inculcó la idea de estudiar medicina, por lo que se aventuró a solicitarla en la Universidad Anáhuac y lo demás, es historia.
Sin embargo, el también jefe de familia y emprendedor, recordó que sus primeros días, tras dejar a sus padres e irse a vivir a Mérida, fueron difíciles en los que, incluso, tuvo que pasar dos noches frente a la Catedral para esperar el transporte que lo trasladaba hasta su escuela, pues no tenía donde quedarse.
Luego, refiere que pidió apoyo al entonces alcalde de Tekax, Diego Ávila Romero, para su estancia en la capital yucateca, el cual le ofreció alojarlo en un restaurante, a lo que éste accedió.
“Fue difícil. Me dieron un cuarto ahí para dormir. Afortunadamente, me dejaron hacer algunos trabajos ahí y fue cuando conocí el negocio”, refiere Edgar, quien reconoce que esta experiencia le permitió fomentar un establecimiento familiar en Kancab, con el apoyo de sus amigos.
“Gracias a Dios, ya luego tuve la oportunidad de conocer a la gente adecuada, lo que me abrió la puerta a tener un lugar para alojarme e incluso, la oportunidad de generar ingresos para mi familia”, apuntó.
Edgar reconoce que sus vivencias jamás se las platicó a sus padres por temor a preocuparlos, pues sabía que ellos no tenían los medios económicos para mantener su carrera, además de que tampoco podían apoyarlo para hallar un alojamiento.
“Mi mayor miedo no era donde dormir, sino reprobar alguna materia, ya que podría perder mi beca. Gracias a Dios, pude llevar las materias y completar mis estudios”, dijo.
Refirió que durante su estancia en la universidad jamás fue discriminado por sus orígenes e incluso, reconoce que él mismo fue quien, al principio, se auto excluyó de los demás estudiantes, aunque con el paso del tiempo pudo ‘agarrar confianza’ e incluirse con sus compañeros quienes siempre le brindaron su apoyo, incluso, celebrando la conclusión de sus estudios profesionales.
Remarcó que su intención es abrir su consultorio médico en Kancab, en el que pueda ayudar a combatir males, como la diabetes, y brindar una atención de calidad a sus vecinos, aunque afirma que tiene la visión de fomentar una vida plena para él y su familia.