Se duplica la toxoplasmosis, en la Península de Yucatán

En el primer trimestre del año, en la Península de Yucatán se duplicó la toxoplasmosis, infección provocada debido al contacto del excremento del gato, la cual genera graves problemas de salud, reveló la Secretaría de Salud federal.
En la misma proporción ha aumentado en la República Mexicana, sin problemática sólo está presente en 14 estados.
El especialista del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Ricardo Mondragón Flores, definió la toxoplasmosis como una parasitosis producida por el Toxoplasma gondii, un parásito capaz de invadir cualquier tipo de células en animales de sangre caliente.
Aclaró que el toxoplasma es un parásito intracelular que afecta tanto a personas como a animales por la ingesta de verduras u hortalizas mal lavadas, agua contaminada o carne mal cocida o cruda.
Hasta el momento, en el país se han detectado 28 casos confirmados, con un aumento del 100 por ciento, con respecto al mismo período de 2021, cuando la suma fue de 14.
Tan sólo en Jalisco hay cinco contagiados, el 17.86 por ciento del total nacional, seguido de Chiapas, con cuatro infectados, el 14.29 por ciento, mientras que con tres casos está Quintana Roo y Yucatán, el 10.71 porcentual, respectivamente.
En Quintana Roo, la situación ha aumentado en 50 por ciento, y en Yucatán, el incremento es del 200 porcentual, ya que en el mismo período de 2021, el acumulado fue de dos positivos.
Campeche se ubica entre las 22 entidades que permanecen libres de esta enfermedad transmisible, al menos por el momento.
En Yucatán, en una década, en 2021 se registró la cifra más alta, mientras que no hubo incidencia en 2013, 2018 y 2019.
De acuerdo con Mondragón Flores, en mujeres embarazadas, este parásito puede producir nacimientos de bebés con ceguera o retraso mental, además de provocar aborto cuando la infección ocurre en el primer trimestre del embarazo.
Los bebés también pueden nacer aparentemente sanos, y es en la adolescencia cuando manifiestan esquizofrenia, actitudes agresivas o tendencias suicidas, acotó.
Abundó que éste patógeno ha encontrado en los gatos a su principal vector de transmisión, ya que el felino puede infectarse al comer aves y roedores con el parásito.
Dentro del intestino del gato se forma una estructura esférica resistente, conocida como ooquiste, que no es infectivo pero que al ser eliminado en heces en fuentes de agua o en zonas de hortalizas, permite su maduración y capacidad de infección al ser ingerido, afectando a personas o animales, subrayó.
Advirtió que una vez ingerido el ooquiste, el parásito sale e invade a las células del intestino en donde se transforma en una forma parasitaria de alta virulencia conocida como taquizoíto, que atraviesa las células intestinales hasta alcanzar el torrente sanguíneo y distribuirse por todo el organismo.
En personas nutridas adecuadamente y con un sistema inmune eficiente, el parásito no produce síntomas y se aloja en los tejidos en forma de un quiste y permanece ahí por el resto de su vida, hasta que haya alguna condición que induzca su resurgimiento como una inmunosupresión o un embarazo, ya que el sistema inmune sólo puede controlar la infección, pero no eliminarla.
“Hemos estudiado el comportamiento a nivel celular del parásito Toxoplasma gondii, porque este patógeno puede vivir dentro de las células del organismo por años sin afectar al organismo, pero por alguna razón se activa, sale del quiste en el que está alojado y se disemina a todos los órganos incluyendo el cerebro, donde provoca encefalitis, y al ojo, ocasionando ceguera por coreorretinitis”, enfatizó.

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