Se cumplen 99 años de la llegada de Hideyo Noguchi en plena emergencia de fiebre amarilla

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Hijo de campesinos, tímido, humilde y de un ímpetu, ingenio y capacidad de adaptación indescriptible. Así era el doctor Hideyo Noguchi y así también lo recuerdan y celebran este miércoles a los 99 años de su llegada a Yucatán, a donde vino a aportar tanto para la comunidad en pleno brote de fiebre amarilla.

La comunidad científica, académica y sociedad en general se reunió en un evento realizado en las instalaciones del Centro de Investigaciones Regionales que lleva su nombre con alto orgullo.

Yucatán Ahora platicó con la doctora Matilde Jiménez Coello, directora del centro, quien nos contó que estos son los festejos previos a siglo que se cumplirá el año que viene.

“Para nosotros es una ocasión muy especial porque su figura impulsó la investigación en nuestro estado. Llegó para ayudar a la comunidad médica, identificó el agente que ocasionaba la fiebre amarilla y amplió las posibilidades de cura gracias a su metodología científica y su ímpetu, ingenio y adaptación para llevar al cabo todas sus investigaciones”, explicó la directora.

Noguchi ya había realizado importantes avances en el combate de la fiebre amarilla en una estancia en Ecuador. Por eso, cuando surgió el brote en Yucatán, el Instituto Rockefeller lo envió en 1919 para que aportara sus conocimientos.

El bacteriólogo llegó con 300 cobayos que trajo consigo y también trabajó con perros de la región para sus investigaciones y a pesar de las condiciones que había en aquel momento, sumadas a las complicaciones climáticas del trópico, zona más complicada para realizar estudios.

“Cuando llegó realizó hallazgos clínico-patológicos importantes para identificar el agente de la enfermedad y contribuyó a frenar la epidemia”, señaló la doctora Matilde.

En enero de 1920, el doctor Noguchi abandona Yucatán para dirigirse a Gana, en África. Allí lo esperaba otro brote de fiebre amarilla y fue a contribuir con sus conocimientos.

Luego de ocho años de trabajar en Gana, Noguchi contrae la fiebre amarilla y fallece, a los 51 años, sin poder curarse y justo antes de regresar a Nueva York.

“Destacan también sus aportaciones del agente que ocasiona la sífilis y la creación que hizo de sueros para contrarrestar la mortalidad por picadura de serpiente, entre otros descubrimientos. Su presencia también contribuyó a afianzar los lazos de amistad con Japón, que hoy día no se limitan sólo al ámbito académico, sino también empresarial y social”, destacó la doctora.

Cabe destacar que el doctor Noguchi fue diez veces consecutivas nominado al Premio Nobel de Medicina por sus importantes aportes a la ciencia, aunque nunca obtuvo la distinción mundial.

Durante el evento participaron Yasushi Takase, embajador de Japón en México; Shimizu Kazuyoshi, cónsul; y José de Jesús Williams, rector de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), entre otras personalidades. También se contó con la participación de una comitiva que viajó directamente de Japón.

En su participación, Nobutaka Wakui, presidente de la Asociación México-Japonesa en Yucatán, invitó a nietos de Otilio Villanueva a subir al estrado para obsequiarles una botella de sake conmemorativa que lleva el nombre del doctor Noguchi. Villanueva fue ayudante y gran amigo de Noguchi durante su estancia en Yucatán.- CGO.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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