Se acaba la primavera y se acerca del día más largo del año

[vc_row][vc_column][vc_column_text]A una semana se registrarse el fenómeno arqueoastronómico del solsticio de verano, se carece de actividad alguna para aprovechar los diversos acontecimientos que ocurren en las ciudades precolombinas, afirmó el astrónomo yucateco Eddie Ariel Salazar Gamboa.

Expresó que el próximo viernes 21 se registrará la máxima declinación del Sol hacia el Norte así como el día más largo del año, con una duración superior a 13 horas.

Pese la importancia, pasarán inadvertidos los acontecimientos que ocurrirán con base al movimiento del Sol, los cuales se observan en El Templo de las Siete Muñecas de Dzibilchaltún, el Arco Falso del Grupo Ah Canul de Oxkintok, y en El Castillo de Chichén Itzá.

Lamentó el desinterés del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) por fomentar la arqueastronomía en Yucatán, pues sería un atractivo turístico más para visitar las ciudades prehispánicas.

“El desinterés del gobierno estatal y federal por la arqueoastronomía provoca una fuga de recursos, al pasar por inadvertido el solsticio de verano, fenómeno que se apreciará en al menos seis ciudades mayas”, acotó el profesor emérito de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady).

Asimismo, reprobó la falta de divulgación de estos sucesos establecidos por los mayas en sus respectivas urbes, e incluso, no se tiene previsto actividad alguna para constatar el conocimiento de los sacerdotes–astrónomos.

Explicó que el solsticio de verano es la máxima inclinación de la Tierra con respecto a su eje será mañana, a las 10:55 horas, lo que indica el fin de primavera.

“Prácticamente, el Sol quedará estático en ese punto durante tres días, y posteriormente, empezará a moverse hasta llegar justo al Oriente, dando lugar al equinoccio de otoño, en septiembre”, subrayó.

El viernes 21, el Sol saldrá a las 6:14 horas y se ocultará a las 19:37 horas, por lo que será el día más largo del año, y por ende, la noche más corta.

El académico del Instituto Tecnológico de Mérida (ITM) resaltó que en 1997 descubrió un “nuevo fenómeno arqueoastronómico” que se observa en El Castillo de Chichén Itzá, el cual fue reconocido oficialmente por el INAH Yucatán, el 22 de junio de 2007.

Aclaró que este suceso arqueoastronómico se registra en diversas zonas arqueológicas, y especificó que en el caso de el Castillo de Chichén Itzá, “lo descubrí en 1997 pero fue 10 años después se reconoció de manera oficial”.

En entrevista, abundó que “al amanecer, el costado Norte y Oriente del edificio precolombino queda iluminado, mientras que el lado Sur y Poniente quedan en obscuras”.

Salazar Gamboa explicó que la bisección de la pirámide se registra solamente en el amanecer, ya que en el caso del solsticio de invierno, ocurre al atardecer.

Comentó que una vez más se demuestra que el Castillo de Chichén Itzá no se construyó al azar, ya que los sacerdotes astrónomos sabían exactamente el movimiento del Sol, así como de la Luna, e incluso, los planetas visibles, en especial, Venus.

Destacó el conocimiento de los sacerdotes astrónomos mayas, que lograron contar con los mejores marcadores solares para conocer el período del año.

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