San Cristóbal se llena de fe y devoción juvenil

[vc_row][vc_column][vc_column_text]“¡Viva la virgen de Guadalupe, viva Juan Diego, viva el Papa, viva México!”, gritan a viva voz un grupo de fieles que hoy visitaron a la Virgen de Guadalupe en su día, ante una imagen de la Santa Patrona, en la Iglesia de San Cristóbal, en Mérida.

Virgen de Guadalupe, Juan Diego, el Papa y México, en ese orden gritaban. La pregunta es inevitable: ¿El orden de los factores altera el producto? Si usted es católico y creyente, quizás anteponga la religión, luego el país. Si usted no cree en Dios o sí cree pero no en la Iglesia Católica, probablemente primero estaría México y luego lo demás. O lo demás no existiría.

Para todos los fieles que Yucatán Ahora se encontró hoy en la iglesia meridana, la Virgen sin duda va primero. Porque hoy es su día, porque vienen a agradecer, a cumplir promesas, a pedir bendiciones y llevarse mucha fe hasta el regreso, dentro de un año. Uno puede preguntarse ¿Pero cómo mucho de ellos llegaron hasta aquí de lugares remotos, con poca lana, desabrigados, con hambre, sueño y cansancio? La respuesta salta a la vista: creen, tienen fe y se sienten realmente bendecidos. Para ellos primero está la Virgen de Guadalupe y luego lo demás. Y lo demuestran con creces.

¿Y el calzado?, le preguntamos a Jorge de Tecoh, coordinador del grupo de antorchistas “Renacimiento”, formado por 13 chavos –todos varones- de 13 a 28 años. Uno de sus compañeros estaba descalzo. “A algunos se nos terminaron las suelas y las dejamos a mitad de camino”, nos cuenta sonriente.

Todo comenzó el domingo 3, cuando salieron del pueblo en bicicletas. “Primeramente Dios llegamos a Calkiní, en Campeche, de ahí pasamos a Champotón e Isla Aguada para dirigirnos a Ciudad del Carmen”, relata Jorge.

Cuando le preguntamos quién era para él la Virgen, no duda ni un segundo en responder: “Es luz, bondad, armonía, felicidad, alguien en quién creer y sustentarnos, un pilar de nuestras vidas para ir más allá de nuestros horizontes”.

Jorge cuenta que, en su peregrinar, le piden a la Santa Patrona salud, armonía para la familia y sobre todo felicidad. El antorchista asegura que la Virgen concede todo lo que le piden.

Dos meses y medio en bicicleta

Esta historia pone a prueba de fe a cualquier mortal. Son un padre con dos hijos jóvenes que salieron de su pueblo, en el interior de Yucatán y, durante dos meses y medio, recorrieron Oaxaca, San Juan de los Lagos (Jalisco) y Zacatecas para homenajear a la Virgen de Guadalupe.

“Hace seis años seguidos que hacemos este viaje y las cinco veces anteriores nos fuimos hasta la mera Basílica. Juntamos dinero para el viaje y, en el camino, nos ayudó mucha gente con lugar donde dormir, un plato de comida, un vaso de agua y hasta con dinero. También nos cruzamos con personas que no creen en la Virgen y nos hacía de menos o se burlaban por nuestras creencias. Pero nosotros, por respeto a religiones ajenas, no les contestábamos. Simplemente los escuchábamos y nada más, para evitar pleitos”, responde el hermano mayor, quien también asegura que en el camino nunca se accidentaron ni se enfermaron.

Yajaira tiene una rodilla lastimada y sangra. Se cayó de la bicicleta durante el trayecto de Tecoh a Mérida. Le ofrecimos alcohol para la herida, pero no quiso. Dice que está bien y contenta. Se ve cansada, eso sí, pero hay un brillo de picardía en los ojos que sólo lo logra una meta concretada que no se la borra nadie. Y eso se ve a una legua, crea uno en la Virgen de Guadalupe o no.- Cecilia García Olivieri[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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