[vc_row][vc_column][vc_column_text]Como buena yucateca, doña Raquel Chan no se calla lo que piensa y más cuando se trata de defender su comunidad, pero sin duda ese “mientras privadas hacen por aquí más nos privan a nosotros de cosas” lo traía acumulado de tiempo atrás.
Como otros vecinos de Temozón Norte, esta ama de casa de unos cincuenta y tantos años participó este miércoles en un bloqueo a la carretera a Chablekal en demanda de que siga pasando “de vuelta” por Temozón el transporte público, que prestan en dicha comunidad autobuses de Minis 2000 y taxis colectivos, mejor conocidos como combis.
De acuerdo con los pobladores, con la nueva avenida que se hizo recientemente, para unir diversas privadas que se han construido en la zona, los vehículos de transporte pública solo pasan “de ida” y salen por Chablekal por una vía que desemboca en la privada Las Fincas, a varios kilómetros de Temozón, lo que causa problemas a vecinos que tienen que caminar hasta la comisaría con compras o con niños pequeños.
“Esa calle que hicieron es calle privada”, aseguró doña Raquel. “Todo es para las privadas, mientras más privadas hacen más nos privan a nosotros de cosas y servicios”, remató molesta.
Con ese lenguaje sencillo, esta vecina de Temozón Norte explica un fenómeno que está ocurriendo en las comisarías del norte de Mérida, donde se están construyendo a una velocidad impresionante desarrollos habitacionales que están desvinculados de las comunidades originarias.
Esta problemática se repite por igual en Santa Gertrudis Copó, en Cholul o en Chablekal, comisarías que podrían servir como centros comunitarios o de servicios para las numerosas privadas que se construyen en los alrededores.
Este modelo de desarrollo que se ha adoptado en el norte de Mérida ha generado críticas de académicos, organizaciones civiles y ahora se suman los vecinos de las propias comunidades.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
