[vc_row][vc_column][vc_column_text]Una familia originaria de Mérida fue hallada muerta en su deparmento de la Unidad Habitacional Iztacalco, en la Ciudad de México.
Las circunstancias en las que ocurrieron estas muertes no están precisadas, pues aunque murieron por inhalación de monoxido de carbono proveniente de un calentador de agua, se sospecha que pudo ser inducido debido a los problemas que tenía la pareja.
Se sospecha que las muertes pudieron ocurrir desde principios de año, fechas en las que los vecinos dejaron de verlos, pero pensaron que se habían ido de viaje, pues así se lo informaron a los vecinos.
A continuación ofrecemos una crónica del periódico El Universal sobre el caso:
El olor parecía provenir de una fuga de gas. Así, durante días, estuvo presente en el segundo nivel del edificio. Luego se iba, pero cuando el olor regresó los vecinos buscaron indicios en los medidores o en los tubos instalados sobre la fachada color ladrillo del inmueble, para confirmar su teoría de que alguien había dejado abierta la llave del gas.
Pero el olor provenía de los cuerpos de Marco Antonio, Nancy y su hija Diana, de 15 años. En la Unidad Habitacional Iztacalco los vecinos aseguran que esta familia de Mérida pudo haber fallecido desde inicios de 2018, cuando dejaron de verlos o de escuchar ruidos normales que cualquier vecino hace en sus actividades.
Diana ya no ponía la música que le gustaba por las mañanas, Nancy no abría la reja de su departamento para salir a la calle y Marco jamás le confirmó a Jorge, el vecino, cuándo o a dónde se irían en vacaciones.
El 31 de diciembre fue el último día que Nancy, de 33 años, trabajó en las oficinas de una aerolínea. Ella y su esposo se dedicaban a la venta de boletos para vuelos. Marco, de 35 años, por otro lado, laboraba para una compañía aérea alemana.
Su vecino Jorge sabía, porque así se lo dijeron antes, que harían un viaje cuando empezara este año. Pero jamás le avisaron, como en otras ocasiones, que cuidara de su casa o de su perro.
Un olor a gas comenzó a recorrer los pasillos de la Unidad desde el sábado. Jorge lo notó desde ese día, era apenas perceptible, pero después salió por trabajo y al regresar el lunes el olor era insoportable.
Un olor diferente al que se percibe cuando sale gas por las tuberías, penetrante que persiste en las fosas nasales. Jorge convocó a otros vecinos y llamaron a los bomberos.
La puerta estaba abierta; no hubo necesidad de que el equipo de rescate forzara la entrada. Policías y bomberos dijeron a los vecinos que había tres cuerpos: dos mujeres y un hombre, además de la mascota muerta.
Los cuerpos envueltos en bolsas blancas descendieron poco a poco por las escaleras del edificio cargados por los bomberos que llevaban trajes especiales. Eso fue en la madrugada, después de que todos fueron desalojados.
Los que conocieron a esa familia dicen que solían ver a Marco llevar a su hija a la escuela y recoger a su esposa en la parada del camión y que eran de Mérida, fue la única información que tenían.
Las versiones sobre la muerte difieren: unos señalan que algunas noches atrás se escucharon golpes; otros que los bomberos encontraron a Marco y a Nancy acostados; pero también se dice que sentados; la joven, en su cuarto. Pero la procuraduría capitalina informó que después de sus investigaciones fue inhalación de monóxido de carbono lo que los mató, y “constataron que un calentador de agua estaba colocado dentro de la vivienda, la cual estaba cerrada sin ventilación; el aparato tenía averiado el tubo de drenaje”.
No hubo lesiones, al menos visibles de los cuerpos de la familia.
La policía resguarda la puerta del departamento número 201. Los vecinos pusieron velas afuera para honrar la memoria de la familia. La ventana de la sala está abierta, tiene la cortina doblada, pero el olor sigue ahí.
La Procuraduría capitalina investiga si el hecho fue un accidente o fue provocado.
De acuerdo con información publicada por “El Norte”, la dependencia averigua si el padre de familia dejó a propósito que saliera el gas de un tanque, para privar de la vida a su esposa e hija.
Un familiar de Nancy declaró que la relación entre ella y Marco Antonio estaba muy deteriorada, pues en varias ocasiones el hombre falló en su intento de conseguir empleo.
La fuente relató que el yucateco se mudó a Canadá y luego a Quintana Roo, donde no pudo obtener trabajo, situación que lo deprimió.
El testigo mostró mensajes de WhatsApp donde Marco Antonio le expresaba lo mal que estaban las cosas en su casa, al tiempo que querían desalojarlo.
Dijo que en varias ocasiones una hermana de Nancy lo amenazó, pues Marco se rehusaba a salir del departamento, propiedad de su esposa. La PGJ investiga la causa de la fuga de gas.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]