Presentan investigación sobre templo colonial demolido en el centro de Mérida en 1950

El domingo 2 de mayo dentro del programa de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY 2021) se presentó el libro Muros centenarios, polvo de recuerdos. Historias superpuestas en un solar meridano, de los investigadores Jorge Victoria Ojeda y Sergio Grosjean Abimerhi. Las palabras acerca de la obra estuvieron a cargo de la Antropóloga Kandy Ruiz y del Arquitecto Carlos Cosgaya.

La idea central del libro consiste en mostrar la acumulación de historias diversas que han acaecido en un céntrico predio urbano de Mérida durante varias centurias, desde tiempos precolombinos hasta el presente.

Esa amalgama de datos para un único espacio ofrece la oportunidad, tal vez única en la ciudad, de contar con una narración que nos hable de ideas religiosas, de jerarquización social, de grupos étnicos, de un conflicto bélico, de posturas ideológicas revolucionarias, de adecuaciones del solar a la exigencia de un mercado y de equipamiento, e incluso de un potencial patrimonio histórico edificado que no llegó a ser tal.

El lote investigado es el 515ª de la calle 59 entre 62 y 64, en el Centro Histórico, hoy en día es un estacionamiento público, luego que en el año de 1950 fuera demolida la edificación en su totalidad.
Para el fin señalado, los autores ofrecen los datos a manera de una estratigrafía arqueológica imaginaria del solar, con intenciones de “visualizar” las particularidades de su devenir (las historias) y comprender a la vez lo que podemos llamar la “biografía” del terreno estudiado.

Con base en la idea indicada se consideraron cinco niveles estratigráficos, existiendo algunas lagunas informativas entre algunos de ellos.

Las historias de que se hace mención en el cuerpo de la obra corresponden a los sucesos ocurridos en un solar ubicado a pocos metros de la plaza principal. Estas son: terreno localizado en el centro nuclear de T`’hó con posibles vestigios arqueológicos, construcción de la iglesia del Santo Nombre de Jesús para albergar a los negros y sus castas de la ciudad, conocida también como del Dulce Nombre de Jesús, su posible nombramiento como Capilla Real una vez que los anteriores parroquianos la desocuparon, su designación con el nombre de Jesús María, su papel en la guerra contra los imperialistas, su nombramiento como Santuario de Nuestra Señora de Yucatán, su inauguración oficial en 1907, su cambio a templo masón y su cambio fisonómico hasta su destrucción a mediados del siglo XX, para terminar su uso actual como estacionamiento público. El trabajo se divide en tres grandes apartados que comprenden los cinco niveles o estratos propuestos.

En la presentación, la Antropóloga Ruiz señaló la importancia que tiene esta obra publicada puesto que pone en escena la valoración de un patrimonio intangible, y la posibilidad de constituir la variante de ·sitio de memoria· de un “no lugar”, como patrimonio edificado ausente.

Agregó, que este libro da la pauta para pensar esa categoría de análisis.

Subrayó la calidad de la investigación y destacó la que ese trabajo editado constituye una gran aportación para la historia urbana ya que constituye una nueva línea de investigación en el qué hacer histórico de Mérida.

Por su parte, el Arquitecto Cosgaya también expreso sus congratulaciones para la historia de la ciudad dado que ese libro vine a cubrir una laguna importante en la historia del Centro Histórico de Mérida y en el cual los autores lograron hacer un trabajo de “arqueología documental” con base en acervos históricos de América y Europa.

Destacó, que constituye un parteaguas en la manera de ver los solares vacíos del corazón de la ciudad y, entre otros aspectos de relevancia apuntó, que el libro es importante porque estudia el inmueble desde su contexto social, económico y político para su mejor comprensión y no solo desde la perspectiva arquitectónica.

Los presentadores indicaron el acierto de la Casa Editorial de la UADY en la publicación de tan interesante texto. El moderador del evento, el Mtro. Enrique Martín Briceño, Director de la FILEY, también extendió sus felicitaciones a los autores por su nuevo libro.

Al tomar la palabra, los autores señalaron que la investigación duró 10 años y agradecieron a todas las personas que a lo largo de ese tiempo ayudaron de alguna u otra manera a amalgamar la información.

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