Por Covid-19, aumenta 4% la obesidad en adolescentes y jóvenes

En México, la incidencia en obesidad y sobrepeso, principalmente en adolescentes con edades de 12 a 19 años y jóvenes adultos a partir de los 20 años aumentó en cerca de cuatro por ciento, debido al sedentarismo arraigado por la pandemia por Covid-19, afirmó la especialista del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Claudia Ibeth Pérez Díaz.

Al mismo tiempo, también influyó el ambiente obesogénico con dietas altas en grasas y carbohidratos al que los individuos se encuentran expuestos.

Ambos factores propiciaron tal incremento entre los adolescentes y jóvenes, tal como lo confirma la Encuesta Nacional de Salud.

Indicó que la obesidad es una enfermedad crónica con afectaciones sistémicas y de carácter multifactorial que constituye un problema de salud a nivel mundial, pues estudios han demostrado que este problema desencadena padecimientos asociados como la diabetes, hipertensión y problemas cardiovasculares.

De ahí la importancia para tratar dicha problemática de nutrición, ya que el incremento es perceptible tanto a nivel nacional como estatal, por ende, Yucatán no es la excepción.

A pesar de que hay esfuerzos para contrarrestar esta problemática, encaminados a comer cosas más saludables como verduras y frutas, muchas personas tienen dificultad de perder peso, entonces surgen alternativas como la terapia farmacológica.

Con el objetivo de comprender la función y utilidad de este tipo de terapias, Claudia Ibeth Pérez Díaz, posdoctorante en el Departamento de Farmacología del Cinvestav, realiza estudios del papel de la D-norpseudoefedrina (catina) en el tratamiento de la obesidad.

“La idea de utilizar D-norpseudoefedrina, un fármaco autorizado para su venta en México, surge porque no se le ha dado importancia ni se han hecho estudios tan profundos”, acotó.

Indicó que la catina se encuentra de manera natural a partir de las hojas de un arbusto llamado Catha edulis “Khat”, originaria de la península arábiga.

“Esta planta cuenta con propiedades psicoestimulantes, por lo que las personas de la región suelen masticar las hojas para incrementar la energía y, en algunos individuos, promueve la saciedad”, subrayó.

Para llegar a la conclusión de que la planta contaba con estas propiedades, mediante análisis químicos, encontraron que tiene más de 40 metabolitos y dentro de ellos, se encuentra la catina.

Mencionó que su estructura química es muy parecida a la anfetamina, sin embargo, la D-norpseudoefedrina cuenta con un grupo hidroxilo en el carbono ß que la hace diferenciarse, siendo menos adictiva y con el poder para reducir el apetito.

Los productos basados en D-norpseudoefedrina autorizados para la pérdida de peso, pueden ocasionar efectos secundarios como el insomnio y únicamente están recetados en un periodo máximo de tres meses, porque después generan tolerancia y sus efectos ya no son los mismos que al principio.

Pérez Díaz señaló que “actualmente, se trabaja en nuevas combinaciones de fármacos que ayuden a perder peso a largo plazo”.

El mecanismo de acción aún no se ha aclarado, pero existen estudios que han demostrado la modulación en algunos receptores adrenérgicos y, por ello, el objetivo de esta investigación era demostrar cómo la catina actúa en el sistema nervioso central, principalmente en una estructura cerebral llamada núcleo accumbens relacionada con la ingesta de alimento.

Abundó que al administrase este fármaco en ratas, a nivel sistémico, se observó una reducción en el peso corporal, lo cual era de manera dosis-dependiente, es decir, a cantidades muy pequeñas el efecto era menor, pero con dosis más altas había mayor pérdida de peso.

Otra consecuencia que se detectó fue el incremento de locomoción, la capacidad de moverse, y con la administración de dosis más fuertes aparecía otra conducta, la estereotipia o movimientos o posturas repetitivas.

Mientras que, a nivel del sistema nervioso central, este estudio se dirigió a la estructura del núcleo accumbens y su enfoque se situó en el sistema dopaminérgico, añadió.

La investigadora agregó que para ello, se utilizaron antagonistas de los receptores de dopamina D1 y D2 que, al ser administrados directamente en el núcleo, revertían el efecto en la pérdida de peso.

Por ende, si la D-norpseudoefedrina generaba pérdida de peso, cuando actuaban los antagonistas D1R y D2R, se revertía el efecto ocasionado por la D- norpseudoefedrina, indicando que esta modulación era inducida por los receptores.

Otro aspecto era que cuando se presentaba una mayor locomoción inducida por D-norpseudoefedrina, al agregarle estos dos antagonistas, también se dejaba de tener este efecto sicomotor inducido por este fármaco. Esto demostró que el sistema dopaminérgico está implicado en el mecanismo de acción de la catina.

Explicó que mediante registros electrofisiológicos en ratas con libre movimiento, encontramos que existía una fuerte modulación en la actividad neuronal en el núcleo accumbens, del cual 38 por ciento incrementaba la tasa de disparo tras la administración de D-norpseudoefedrina, mientras que 43 por ciento disminuía la tasa de disparo.

“El estudio desveló una parte del mecanismo de acción que hasta la fecha se desconocía”, estableció la especialista del Cinvestav.

Finalmente, anunció que lo novedoso de la investigación es que la D-norpseudoefedrina actúa principalmente a través del receptor D2 y como tratamiento contra la obesidad puede funcionar a corto plazo; aunado con la combinación de otros fármacos podría servir para una terapia a largo plazo.

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