Piden desmitificar los trastornos de salud mental: no son del diablo ni pecado

MÉRIDA.- El predominio en Yucatán de diversos mitos en torno a la salud mental provoca un aumento en la incidencia de suicidios, ya que los familiares de personas con algún trastorno ocultan la problemática y evitan el apoyo de la sociedad, afirmó el encargado del Instituto Interdisciplinario de Psicología Jurídica, Paulino Dzib Aguilar.

Lamentó el hecho ocurrido el pasado 31 de agosto, en el fraccionamiento Magnolias de Chuburná, donde una mujer mató a su hijo, de tres años de edad, y posteriormente, ella se suicidó.

De acuerdo con el especialista, todo parece indicar que la paciente tuvo un trastorno psicótico.

“No es común de que una persona mate, en este caso a un familiar para luego quitarse la vida”, acotó.

El especialista de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) destacó la importancia de romper los mitos que predominan en torno a los trastornos mentales, para contribuir a la prevención del suicidio y la detección oportuna del mismo.

“Si hubiera un mayor nivel de sociabilidad habría un mayor control del problema, ya que las personas con algún problema de salud mental necesitan de una mayor vigilancia, por parte de los familiares, amigos y vecinos, ya que de esta forma se tiene una estrategia de cooperación”, subrayó.

Convocó a la sociedad a no satanizar a las personas que sufren del algún trastorno mental, ya que “es también un problema de salud, y al paciente se le debe de tratar de la misma forma como aquel que padece de un problema del riñón o de diabetes, ya que es cerebro es también un órgano”.

“Una enfermedad mental no es una obra del demonio y mucho menos un pecado, es una patología, ya que el cerebro es un órgano”, expresó.

Resaltó que en el caso de la mujer de Magnolias, todo parece indicar que tuvo depresión psicótica, y este tipo de personas “al sentirse mal toman decisiones equivocadas y pueden dañar a terceras personas, pues no tienen un nivel de razonamiento adecuado”.

Se supoe que estaba bajo tratamiento psiquiátrico, por lo que requería de una supervisión constante, pero desafortunadamente, ese día estaba sola.

Dzib Aguilar destacó la diferencia entre trastorno psicótico y trastorno de personalidad, pues en el primero, la persona pierde contacto con la realidad, se vuelve incapaz de discernir y siempre debe de estar acompañada.

Resaltó que en el caso de una persona con trastorno de personalidad, “se siente mal consigo pero se da cuenta de las cosas”.

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