Personaje yucateco: Míriam Cazola, bailarina

[vc_row][vc_column][vc_column_text]La vitalidad que tiene esta mujer es de no creer. Y no sólo lo demuestra con el cuerpo, también con la voz y la mirada.

Si usted ve a Miriam Cazola -bailarina, maestra de pilates y de yoga, quirofísica, mamá y esposa- y alguien le dice al oído que esta yucateca pasó los 50 años, no le crean. Porque Miriam se para de cabeza, da la voltereta para atrás y para adelante, se estira como goma y, sobre todo, está siempre con la energía del mundo a flor de piel. Y la transmite.

Ella dice que el truco es respirar bien. Así de simple. Inhalar por la nariz y exhalar por la boca siempre, en cada momento de la vida. “¡Con la boca cerrada que no están comiendo!”, grita en una clase de pilates (ella es la única que puede abrir la boca para hablar), “¡Sonrían y digan ‘Qué ricoooo’!”, pide imperativamente, mientras el alumnado está haciendo equilibrio en puente sobre una pelota. Una clase con Miriam, no importa cuántos años tengas, te llena de pilas.

Muchos la conocen, enseña ballet clásico en Mérida desde hace más de cuarenta años y ya va para 27 generaciones egresadas. Pero mejor que cuente ella, respirando por la nariz, soltando por la nariz y haciendo relevé:

¿Por qué bailar?

Porque es una distracción, es una armonía entre la mente y el cuerpo.

¿Cómo empezaste en este universo de la danza?

Era estudiante de ballet clásico en el Bellas Artes y una amiga de mi mamá me pidió que les diera clases a sus hijas porque estaban gorditas. Arranqué a los 15 años, eran cinco niñas al principio y les daba clases en la sala de mi casa, quitaba los muebles y mi mamá tocaba el piano. Desde ahí en adelante no hemos parado. En la parte de atrás de mi casa teníamos una cancha de tenis y mi papá me preguntó si quería construir ahí mi salón de baile y eso hice. Tenemos 26 generaciones, ahora viene la 27. Entre nuestras alumnas destacada tenemos a Patricia Mendoza, quien tiene una academia de baile en Chetumal.

Nombra tres “marcas registradas” de un yucateco/a.

Nos gusta estar siempre en la calle por el calor, no podemos estar dentro de las casas. Estamos acostumbrados a las fiestas, también por el tema del calor nos gusta conocer mucha gente. Ah, y también somos muy amables.

Desde tu experiencia ¿Cómo se marida maternidad con danza?

No es imposible pero sí necesitas un poco de ayuda. Yo lo que hice fue integrar a mis niñas desde chicas al ballet. Ellas me acompañaban a los exámenes y estaban conmigo en la academia. El único problema que tuve fue cuando nació el varón, el más chico. Ahí entró el papá a ayudarme, empezó a llevarlo a karate, natación y otras cosas. Recuerdo que cuando se enfermaba uno de mis hijos y yo estaba dando clases, corría a la casa, les bajaba la fiebre y regresaba a la clase. Los tres embarazos los pasé bailando y dando clases. Tuve tres partos naturales y no me pasó nada. Sí se puede y ahora más si encuentras disciplinas como las clases de pilates que damos, que son de mucha respiración. Ya tenemos dos embarazadas que vienen (una ya tuvo a su nené) a tomar clases.

¿Qué les da y qué les quita la danza a las niñas?

Pienso que les da más beneficios que perjuicios. Les sirve porque están ocupadas, desarrollan perfectamente su motricidad (derecho-izquierdo) y muchas facultades de su propio cuerpo, que si no las tienen por naturaleza, las adquieren. Y les da salud, siempre y cuando cuiden su alimentación desde chicas; cero embotellados, poco pan, comer fruta, verduras y demás… Eso les lleva a tener muy buena condición. Perjuicio tal vez puede ser que algunas bajan un poco sus calificaciones en la escuela porque no les da tiempo de rendir todo lo que pueden.

¿Cuál es el momento ideal para empezar a bailar (niñas y niños) y qué pasa si soy adulto y quiero bailar?

La edad ideal es cuatro años, antes no porque todavía no se han desarrollado completamente, tanto intelectual como físicamente. Para los varones sería conveniente a partir de los siete años, porque tardan en madurar un poco más. Si alguien grande quiere tomar ballet sí puede. Ahora tenemos a Aldo, un muchacho que practica fútbol americano y empezó por primera vez ballet. Tiene 22 años y vino porque sus primas bailarinas les han comentado mucho sobre la condición física que adquirimos, ahí él se interesó. Y resulta que trae facultades muy buenas y acá lo tenemos, es tanta su pasión y viene diario, se aguanta el dolor y sigue haciendo fútbol americano. Está aprendiendo a respirar como corresponde.

¿En qué te gustaría ser experta bailarina?

Me gusta mucho el baile contemporáneo porque es una forma suelta de movimiento, muy anatómico y eso ayuda mucho. Algunas personas todavía no le encuentran el chiste, pero tiene muchas cosas muy bonitas. Aquí han salido bailarines muy buenos de contemporáneo como Nicolás Flores, Fanny Ocampo, ambos se formaron aquí en Yucatán.

¿El yucateco tiene ritmo, baila bien?

Sí, tiene ritmo. Trae sus cosas innatas. El cuerpo de yucateco es de caderas prominentes y eso sirve para la salsa y la zumba, gusta y es buen ejercicio.

Esto de respirar mejor, cuidarse el cuerpo y el alma ¿viene contigo desde siempre o es algo que adquiriste?

He tomado clases de yoga desde los 15 años. He sido vegetariana desde muy joven y luego casada y con hijos sigo cocinando vegetariano. No como carnes rojas. Desarrollé mucho la habilidad para hacer rica y variada comida vegetariana. Me di cuenta que me ayudaba mucho con mis niñas y siempre les he infundido que tengan buena salud. Sé que pierdo a veces alumnado si no fuera tan inflexible en ese aspecto, pero estoy convencida de lo que hago. Cuando me embaracé de mi último hijo, tenía 35 años y hacía yoga. También me ayudó muchísimo en el parto. Y hace nueve años doy clases de pilates, lo aprendí de la maestra Sonia Castañeda, quien vino a vivir a Mérida y nos trajo todo su conocimiento. También de la maestra Ligia Aguilar y de Nicolás Flores. Hago una perfección entre pilates y yoga adaptado y nunca en mi vida se ha lastimado una persona en mis clases.

¿Para qué sirve respirar bien?

En primer lugar te equilibra el cuerpo y en segundo lugar te da vitalidad. De la única forma que puedes tener energía es inhalando y exhalando por la nariz porque está hecha para las dos cosas. Esa es la respiración correcta. Lo que pasa es que la gente es floja para respirar por la nariz, no están acostumbrados.

Si no te dedicaras a esto ¿qué te gustaría haber sido?

Siempre me ha gustado impartir clases, más allá de ballet y pilates. Siento que tengo mucha capacidad para eso. Como directora acá te vuelves un poco psicóloga, trabajas con la niña adolescente, con la niña de cuatro años que llora, con los papás separados… Siento que podría dar cursos para ayudar a la gente, de coaching emocional o de respiración.

¿Cumbia, tango o reggeaton? ¿Por qué?

Cumbia, porque tiene más variedad de pasos. El tango es muy formal y si no tienes pareja no la haces. Y el reggeaton es muy boring (aburrido), muy monótono, todo igual.

¿Una bailarina y un bailarín que admires?

Admiro a los rusos, son muy dedicados a lo que hacen. Admiro a Mijaíl Baryshnikov y a Vera semeradova, quien una vez nos dio un curso. A pesar de las restricciones que tenían en Rusia, lograron hacer cosas impresionantes. Además tienen un cuerpo muy fuerte, como la gente de color. El cuerpo del blanco tiende a tener un poco de debilidad, hay que fortalecerlo mucho.

Nómbranos una virtud que admires en un hombre y en una mujer.

En un hombre admiro que quiera mucho a su familia, tanto a sus padres como a su esposa e hijos. Ese es el hombre que tiene corazón. En una mujer admiro que nunca nos cansamos, estamos 24 horas al pie del cañón, quizás pasando mala noche y al otro día estamos de pie de nuevo.

Los varones (niños, muchachos, hombres) ¿Bailan poco? ¿Por qué?

Ahora hay mucho más niños que bailan, en ese aspecto nos ha ayudado internet y tanta promoción de ballet. Lo que no saben los varones es que tomando clases de danza, desarrollan cuerpos fuertes y estéticos, y no “boludos”, o sea de mucho gimnasio. Ahí se extralimitan porque les han dicho que la fuerza sale de un músculo gordo e inflado y eso no es cierto. La fuerza te viene de la respiración, de tu tono muscular y de cómo lo desarrolles. Acá vienen varones a pilates, por ejemplo, y lo disfrutan mucho.

¿Un lugar que te gustaría conocer?

El oriente por su cultura, tenemos mucho que aprender de ellos. Me gustaría visitar Taipei, donde hay mucho desarrollo en masajes y quiropráctica.

Cuéntanos un sueño.

Que los yucatecos cuiden más su salud para que no haya obesidad. Sufro mucho viendo gente obesa, sobre todo cuando me tocan niñas de cinco años que pesan 40 kilos, eso me golpea realmente.

La Academia Miriam Cazola enseña ballet, contemporáneo, tap, hip hop y pilates. El teléfono es 9273030 y el Facebook es Escuela de Danza N° 27 Miriam Cazola P.”.- Cecilia García Olivieri.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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