Para que el 68 ni se olvide ni se repita: a 50 años del Movimiento Estudiantil

[vc_row][vc_column][vc_column_text]“Para que no se olvide y no se repita”, esa es la premisa de la conmemoración del 50° aniversario del Movimiento de Octubre de 1968 que la Facultad de Economía de la Uady lleva al cabo a partir de mañana con entrada libre y gratuita. Se realizarán actividades para todo aquellos interesados en aprender un poco más de este acontecimiento histórico, que se convirtió en un parteaguas en la historia del país y que no sólo costó vida de estudiantes, sino que permeó en toda la sociedad hasta la fecha.

Tres actividades se realizarán para conmemorar este medio siglo de la Masacre de Tlatelolco y la primera arranca mañana a las 11 am en el auditorio de la Facultad de Economía, en el Campus de Ciencias Sociales de la Uady. La mesa panel “La vida social, económica y política de México al iniciar 1968” estará a cargo de Alfredo Aguilar Aguilary Fernando Cobá López.

El doctor Luis Alberto Araujo Andrade, director de la faculta, explica que la segunda actividad se llevará al cabo el 23 de abril y será también una mesa panel llamada “La mujer en el horizonte de la década de los 60’s. Una lectura del 68”. La conferencia magistral será el mismo 2 de octubre, día del 50° aniversario, con una conferencia magistral aún no designada a un expositor, que se llamará “50 aniversario del movimiento de octubre del 68. No se olvida”. Luego se realizará un foro con estudiantes.

“Todavía no se ha dicho todo y hay mucho que aclarar y porque queremos que las nuevas generaciones sepan lo que en verdad se vivió para que no vuelva a ocurrir nunca más”, expresa Araujo Andrade.

En carne propia

Mientras tanto, el doctor Gilberto Balam Pereira escucha atentamente al director de la casa de estudios de la Uady. Para muchos todo lo ocurrido el 2 de octubre de hace medio siglo es historia que leemos en un libro pero para él no. Él lo vivió en carne propia. A pesar de sus 88 años, tiene la voz fuerte y profunda. Y un poco sombría también. Ese día de la masacre de Tlatelolco, donde los militares reprimieron a cientos de estudiantes que se manifestaban en contra del gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz, Gilberto tenía treinta años y cuando lo recuerda y lo cuenta, lo traslada a uno hasta ese momento, hace medio siglo.

“Soy un sobreviviente de 1968. Tenía 30 años. No estaba en la plaza, estaba preso”, y arranca su relato.

Gilberto ya era médico y dos años antes acababa de terminar la huelga médica nacional. “Desde entonces la Procuraduría ya me había echado el ojo y me metieron preso en 1966 junto a otros colegas, éramos siete doctores. Nos acusaron de asociación delictuosa, agitación y disolución social. Nosotros pedíamos democracia para el país y no estábamos de acuerdo en que se gastara tanto millonada en una olimpiadas para que la burguesía del mundo viniera a festejar a costa de la pobreza de los mexicanos”, explica.

El doctor Balam cuenta que en ese momento trabajaba en el Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán, reconocido a nivel mundial por ser uno de los mejores hospitales, aunque los profesionales trabajaban en pésimas condiciones.

También explica que, cuando él y sus compañeros cayeron presos en Lecumberri, el Movimiento de 1968 se da como punto principal de lucha por la libertad de ellos, presos políticos.

Nervios y emoción

El día de la Masacre de Tlatelolco, Gilberto lo recuerda como si fuera hoy. Estábamos presos y teníamos una televisión en Lecumbrerri desde donde vimos todo lo que pasó en la plaza. Al principio teníamos el cuerpo inflamado de nervios y emoción, sobre todo porque sabíamos que nuestras familias e hijos –lo míos eran chiquitos estaban en kínder- estaban ahí. Cuando vimos que estaban atacando a la muchedumbre, imagínense el estado de ánimo que teníamos al saber que les podía pasar algo a nuestras familias… Estábamos desesperados… Vimos todo por televisión, cómo se dio el ataque, todo. Y en vez de que lograran los luchadores la libertad de los presos políticos, aumentó el número, porque detuvieron a muchísimos manifestantes y nos los achocaron a Lecumberri. A mí me tocó darle cobijo a 10 o 12 estudiantes”, relata.

Desaparecidos

Además de pensar a su familia en peligro (luego se enteró por los guardias que le informaron que no les había pasado nada malo), Gilberto y sus compañeros presos se alarmaron por la cantidad de camiones que se veían cargados de heridos y personas vivas que se llevaron y nunca aparecieron. “Por eso nunca se supo cuántos muertos y heridos hubo porque nunca más aparecieron, como los 43 normalistas de Ayotzinapa”, remarca.

Ocho años y medio estuvo preso hasta cumplir condena,no hubo amnistía a los cargos que le impusieron. Salió el primer mes que el presidente Luis Echeverría llegó al poder.

Para Gilberto los sucesos de octubre del 68 no se han aclarado ni se dijo la verdad de lo que ocurrió. “El gobierno neoliberal que tenemos esta cada vez peor y la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa lo demuestra. Hay mucho por aclarar”, determina.

Experiencia escrita

Durante la presentación de las actividades para conmemorar el 50° aniversario, estuvo presente también Noé Peniche Patrón, autor del libro “1968, para que no se olvide… Y no se repita”. En el texto, el autor da su punto de vista desde su participación en el Movimiento Estudiantil de 1968 en su calidad de presidente del Círculo Nacional de Estudiantil de Tecnológicos Regionales y vicepresidente de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos. El libro se puede conseguir en librerías de Mérida.- CGO.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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