Paciencia restaurantes: la reapertura hay que tomarla sin ningún apuro… despacito

Radar Político/Columna

MÉRIDA.- A los restauranteros de Yucatán tal parece que les dieron la mano y ahora están jalando los pies, pues aunque no estaban considerados en la ola 1 de reapertura económica sino hasta la 2, se les permitió reabrir pero con horario y aforo limitado, además de que no pueden funcionar los fines de semana.

Sin embargo, desde hace unos días están con la insistencia de que los dejen abrir los fines de semana y que el aforo de sus comedores pase del 25 al 50 por ciento de su capacidad.

Tal vez su mira esté puesta en el cercano Día del Padre, que se celebra este fin de semana, pero no se les debe olvidar que el beneficio particular nunca debe estar por encima del bien colectivo, sobre todo en estos tiempos de pandemia.

Como se sabe, Yucatán está en semáforo naranja desde hace dos semanas, lo que permite la reapertura de algunos sectores no esenciales, y ayer aunque se ratificó ese color del semáforo, hubo la advertencia de que podría volver a ser rojo ante lo peligroso que se han tornado algunos indicadores, como el aumento en el número de contagios y el alza en el ingreso hospitalario de personas que contraen Covid-19.

Hoy, cuando se dé a conocer el semáforo nacional, es muy probable que se ratifiquen estos datos, al menos así lo dijo anoche el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, quien destacó la coordinación que existe entre los estados y la federación.

El funcionario federal incluso mencionó que recibió un mensaje del gobernador de Yucatán para actualizar algunos datos, tal como hicieron también otros mandatarios, y en ese sentido se decidió dejar para la tarde la presentación del semáforo nacional, a fin de que contenga todos los datos más recientes que puedan aportar las entidades.

Lo dicho por el subsecretario de Salud confirma que hay una buena coordinación y que Yucatán está en una fase temprana de reapertura, que implica la reanudación de algunas actividades no esenciales, entre las cuales se consideró el giro de restaurantes.

Sin embargo, ante la manera en que se está comportando en este junio la pandemia se requiere actuar con mucha responsabilidad, pues no por avorazarse se vaya a perder lo que han ganado, no solo los restaurantes, sino también otros sectores que ya están reabiertos.

No se condena al gremio restaurantero por luchar por sus intereses, pero también deben tomar en cuenta que si en esta pandemia no se cierran filas, las consecuencia a pagar pueden ser muy caras.

Sin duda esto de la reapertura y vuelta a la normalidad tiene que hacerse despacito, como diría sonado éxito musical de hace dos años. Tomarlo sin ningún apuro, pasito a pasito.

A final de cuentas la decisión no es capricho de alguien en particular, sino fruto de la coordinación que hay entre los gobiernos estatal y federal, y sus equipos de expertos.

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