No se fue en el último trago, pero sí en el último bocado

[vc_row][vc_column][vc_column_text]A la corta edad de 23 años, José Gabriel Rodríguez Cauich tuvo su última borrachera, pues la vida se le fue en un suspiro o más bien en un bocado, al morir atragantado cuando comía la madrugada del domingo, luego de su parranda sabatina.

La muerte ocurrió en la clínica del IMSS de Oxkutzcab hasta donde fue llevado el joven por sus familiares, al ver que se estaba asfixiando con un bocado de comida.

El cadáver del joven fue identificado por su padre, Antonio Rodríguez Tun, de 43 años y con domicilio en Mayapán, quien informó que su hijo llegó ebrio y pidió de comer.

Todo iba bien hasta que el joven se atragantó y gritó que no podía respirar. Sus familiares se movilizaron y lo llevaron rápidamente a la clínica del IMSS en Ozkutzcab, donde falleció.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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