Necesaria la cultura del registro y patente de obras e investigaciones

[vc_row][vc_column][vc_column_text]La responsabilidad del registro y patente de las obras e investigaciones en el país es una acción que debe de ser tomada en cuenta e insetivarse a profesores, investigadores y creadores. Es preciso que se fomente la cultura e importancia de la propiedad intelectual, indicó Hector Chagoya Cortés, director de patentes y tecnología del despacho Becerril, Coca & Becerril.

El profesional fue el encargado de impartir el taller “Valuación de activos intangibles”, donde se discutió la importancia de la Propiedad Intelectual y la Valuación de los activos de propiedad intelectual en los Centros Públicos de Investigación en el Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán (CICY).

El taller impartido al grupo de trabajo: Vinculación, Innovación y Gestión Tecnológica de la Coordinación 3 del Sistema de Centros Conacyt. Se busca, señaló capacitar y mejorar las prácticas e impulsar la valuación al interior de los centros.

En entrevista, el ingeniero Héctor Chagoya comentó que en México existe una inversión considerable en ciencia, misma que no refleja los resultados a nivel de registro de marcas y patentes. “En el país tenemos investigación y científicos de calidad, pero en materia de patentes está muy por debajo de otros países con el mismo nivel de inversión, debido a que México no tiene una cultura de proteger, a través de la propiedad intelectual, el conocimiento que genera”.

En este sentido reiteró que los científicos en el país generalmente publican sus avances en papers -artículos científicos-, lo que permite que otros investigadores en el mundo utilicen ese conocimiento sin que haya un retorno de inversión para México.

De ahí la importancia de que los Centros Públicos de Investigación (CPI) protejan sus avances científicos y desarrollos tecnológicos, “cuando no proteges debidamente, estás poniendo a disposición del público ese conocimiento en todo el mundo”, comentó.

También destacó la importancia de saber valuar el conocimiento y los desarrollos en los CPI, pues les da ventajas como tener el control del conocimiento que generan, y la posibilidad de obtener un incentivo, si el conocimiento se pueden comercializar, así lo estipula la Ley de Ciencia y Tecnología.

“El licenciamiento de una tecnología a través de la propiedad intelectual es la forma en la que el conocimiento que se genera en un laboratorio puede llegar a la sociedad”, reiteró.

Chagoya Cortés detalló que existen tres métodos para valuar la propiedad intelectual: costos, ingresos y mercado. El método de costos implica analizar cuánto es lo que una persona o empresa debe de invertir para obtener un activo similar, o con la misma capacidad que tiene otro producto licenciado, registrado o patentando.

El método de ingresos mide los beneficios futuros que se pueden generar a partir de esa patente o activo de propiedad intelectual. Y el de mercado analiza la existencia de licencias públicas de alguien más, otorgadas por cosas similares.

Finalmente, expuso que conocer el valor de los activos de propiedad intelectual de los CPI ayuda a que las instituciones sean más rentables e, incluso, sean capaces de generar recursos propios que puedan reinvertirse en nuevos desarrollos tecnológicos.

A este taller asistieron 22 personas, entre otros, miembros del CICY, del Instituto de Ecología (Inecol), del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT), el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ) y el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD).[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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