Mérida, modelo de estudio del ‘pic’ o chinche besucona, vector del mal de Chagas

MÉRIDA.- Mérida se convierte en modelo de estudio del vector del mal de Chagas, el pic, y del parásito causante de la enfermedad, para determinar las áreas de mayor riesgo y establecer a futuro estrategias del control, informó el especialista de la Unidad Mérida del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Carlos Ibarra Cerdeña.

Resaltó la realización de un mapeo de la presencia de la también denominada “chinche besucona”, así como de un modelo matemático – estadístico, para lo cual se solicita la participación de la ciudadanía.

Convocó a los meridanos a participar en el proyecto de investigación de “Mapeo del pic (Triatoma dimidiata) en Mérida y la prevalencia de parásito de la enfermedad de Chagas (el Trypanosoma Cruzzi)”.

Indicó que están recolectando insectos vivos, los cuales tienen que estar en frascos secos, cuyas tapas tienen que tener pequeños huecos, o bien, pueden estar en bolsas de plástico pero que tengan igual agujeros que sirvan como respiradores para el insecto.

Comentó que personal del Cinvestav Mérida acude a los domicilios donde está la muestra o en su caso, depositarlo en la Unidad.

Recordó que hace dos años, la estudiante Selene Smith efectuó su tesis de maestría y recolectó cerca de 130 insectos, en Cholul, fraccionamiento Las Américas y en Caucel.

Comentó que el mal de Chagas es una enfermedad crónica, común en la Península de Yucatán, la cual empieza después de una infección que pasa por una breve fase aguda, con fiebre y un ligero malestar.

Ibarra Cerdeña comentó que desarrolla un proyecto en zonas rurales del Sur del Estado, en aquellas poblaciones aledañas con Campeche y Quintana Roo.

Explicó que en Mérida, la abundancia del insecto depende de varios factores, cuya proliferación se da en la temporada de secas, por lo que la colecta de insectos se da entre marzo y junio, aunque en ocasiones sigue activa en julio y agosto.

Asimismo, su abundancia también depende de la diferencia de la vegetación, en especial en los lotes baldíos y donde hay una mayor acumulación de cascajos o piedras.

Incluso, resaltó que no todas las chinches están infectadas por el parásito, de ahí la importancia de estudiarlas vivas.

Por lo pronto, están en la fase de monitoreo, y con base a los resultados se podrá determinar las regiones de la ciudad capital donde hay una mayor presencia, los puntos de mayor riesgo de infección, etcétera.

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