McGiver, amante del motociclismo, pero no del arranca vidas

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Tenía entre seis o siete años la primera vez que condujo una moto y lo recuerda claramente porque no le llegaban los pies al suelo. Hoy, casi 30 años después, el amor que Juan Bojalil siente por el motociclismo le brota en creces, tanto es así que este poblano enamorado de Yucatán vino para quedarse para siempre cuando se enteró que ya había autódromo en la ciudad y hoy es uno de los promotores de su uso para evitar arrancones y que todos disfruten sanamente de este maravilloso deporte.

Por eso Juan invita a la comunidad en general a que asistan mañana sábado y el domingo próximos al “Campeonato MotoSureste”, que se realizará desde las 9 am en el autodrómo, con entrada gratuita para todos los visitantes.

“Habrá cinco categorías: Baja cilindrada, 600 cc Novatos, 600cc Expertos, Libre y Master 40. Las prácticas comienzan los dos días a las 9 am y la calificación a la 1 pm. El evento termina a las 5 pm, tanto sábado como domingo”, detalla.

Juan es conocido en el ámbito del motociclismo como “McGiver” y cuenta que manejó una motocross 250 cc por primera vez a los 11 años. Desde entonces nunca más se bajó.

“Mi primera moto me la compré a los 19 años y era una Enduro 450 cc. Ahora tengo hace tres años una Suzuki GSX R 600 cc”, cuenta.

Para McGiver el motociclismo tiene dos finalidades en su vida. “La primera fue adquirida por gusto o imitación, ya que mis primos y hermanos son motociclistas. La otra me entró en la adolescencia por la descarga de adrenalina que produce. Soy adicto a los deportes extremos, por eso empecé a vivir con más pasión el motociclismo”, relata.

A McGiver lo cautiva la libertad que le da subirse a una moto. “Puedes agarrar tu máquina, tu presencia y tu destino y esa sensación de libertad que te da es indescriptible. Cuando he tenido muchas tristezas, me subo a la moto, pongo gasolina y me voy a carretera. Me sirve para distraerme y meditar”, señala.

Juan había pasado unas vacaciones en Yucatán hace diez años y se quedó para siempre. Sin embargo, hace tres y por cuestiones familiares, tuvo que regresar a Puebla.
“En 217 me enteré que se había inaugurado el autódromo y me regresé. Hablé con mi madre, dejé mi trabajo y emprendí la vuelta. Vine a buscar el sueño que tengo desde niño”, cuenta y se emociona.

Hoy divide su vida entre la venta de jugos y aguas naturales y su entrenamiento en el autódromo, donde trabajó durante meses como oficial de pista voluntario. “Ahora y por mis aptitudes, Javier Montero (dueño del autódromo) me permite entrenar aquí y para mí es de gran ayuda”, agrega. Sin duda el lugar es como su segunda casa.

Basta de arrancones

La seguridad que le da el autódromo a los corredores es vital para McGiver y por eso promueve entre los motociclistas yucatecos que se acerquen a entrenar allí.

“En la calle se puede atravesar cualquier cosa y me ha tocado ver accidentes por correr de forma ilegal. Si ya tenemos el lugar adecuado para correr, es importante que los motociclistas entren y lo prueben porque correr en circuito es mucho más seguro y el único peligro eres tú mismo”, enfatiza.

McGiver espera que mucha gente se acerque este fin de semana a la competencia. “Habrá participantes de Mérida, Cancún, Campeche, Ciudad del Carmen, Chiapas y Tabasco. Puede venir toda la familia, habrá stands de comida y bebidas para pasar un buen rato y disfrutar de motociclismo del bueno”, afirma, desde arriba de la moto.- CGO.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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