[vc_row][vc_column][vc_column_text]¿Suicidio político? ¿Sacrifico? O de plano pensó que se podía seguir haciendo política “a la antigüita”. Estas son algunas de la conclusiones que han sacado los yucatecos luego del desastroso “autodestape” de Mauricio Sahuí Rivero, secretario de Desarrollo Social.
Dicen que el hilo se rompe por lo más delgado, y en el caso de la lista de aspirantes del PRI todo parece indicar que esa parte más débil era Sahuí, quien ahora se enfrenta a dos denuncias ante el Iepac, una en la PGR y un descrédito que incluso podría propiciar su salida del gabinete de Rolando Zapata.
De hecho, en el Congreso del Estado hay un exhorto para que se separe del cargo, algo que Yucatán Ahora mencionó al día siguiente de que Sahuí Rivero anunció abiertamente su intención de competir por la gubernatura.
En lo que sí hay un coincidencia unánime es que Mauricio Sahuí no será el candidato del PRI a gobernador. Lo que preocupa es que haya sido una costosa manera de decirle que no, con más de 150 espectaculares en Mérida, publicidad en autobuses y envío masivo de cartas a los ciudadanos.
Como el infierno, el camino hacia 2018 está empedrado de buenas intenciones, siempre y cuando no sean anticipadas.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]