Matarán 603 hectáreas de selva para poner un millón 227 mil paneles fotovoltaicos

La oficina en México del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos participa, desde octubre pasado, como observador internacional en el proceso de consulta para el desarrollo del mega proyecto del Parque Solar Ticul A y Ticul B, el cual pone en riesgo la Reserva Estatal Biocultural del Puuc.

Tal propuesta pretende deforestar 603 hectáreas de la selva baja caducifolia para instalar un millón 227 mil paneles fotovoltaicos, denunciaron ejidatarios. Investigadores y representantes del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).

Debido a ello, la ONU – DH emitió una serie de observaciones y recomendaciones sobre el proceso de consulta a las comunidades indígenas de Muna, donde se prevé instalar dicho mega parque, debido a que éste no se cumplió plenamente con el carácter previo, libre, informado, de buena fe y culturalmente adecuado.

Afortunadamente, por el momento, el proyecto está detenido ya que ante las numerosas anomalías que prevalecen son diversas las denuncias interpuestas ante instancias locales, nacionales y del extranjero, para evitar que dicha propuesta se lleve al cabo, pues de lo contrario afectaría la biodiversidad, fomentará el calentamiento de la región, dañará el patrimonio arqueológico del lugar así como deteriorará la salud de los pobladores.

El asesor de San José Tipceh, comisaría de Muna, Romel González Díaz, aseveró que son numerosas las irregularidades que comete la empresa Vega Solar con tal de poner en marcha su proyecto, a pesar de los riesgos ambientales, la cual “para convencer a los ejidatarios organiza borracheras y los que están en contra, son amenazados y golpeados”.

Comentó que en el cono Sur del Estado se creó un corredor biológico, la región mejor conservada del Estado, sin embargo, se pretende construir una planta de generación de electricidad a partir de la energía solar.

Advirtió de que aprobarse el proyecto, “sería el segundo parque solar más grande de América Latina y el primero en colocarse en un bosque tropical”.

En conferencia de prensa afirmó que dicha instalación provocará la desertificación de Yucatán, al mismo tiempo que provocará el fenómeno espejo, las aves pueden confundir el reflejo con agua y por ende, se impactarían contra los paneles.

Actualmente, el parque solar más grande está en Sonora, en cuyo desierto se instalaron un millón 600 mil paneles, mientras que en la selva de Yucatán, primero se deforestará para luego colocar un millón 227.

Por su parte, la investigadora del de la Unidad Peninsular del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas) – Península de Yucatán, Gabriela Torres Mazuera, denunció que el proyecto se presentó fragmentado, el cual se pretende llevar al cabo en San José Tipceh, comisaría de Muna; en Plan Chac, comisaría de Sucilá, y en Ticul.

Comentó que la oficina en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos también incluyó una serie de recomendaciones a diversas dependencias estatales y federales, así como a las tres empresas interesadas en el proyecto.

Enunció el caso de la Secretaría de Energía (Sener), el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), la Comisión para el Diálogo de los Pueblos Indígenas de México, así como el Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya, así como las empresas Sun Power, Vega Solar 1 y Vega Solar 2.

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